La mochila es grande, tiene de 10 litros de capacidad, así que no es apta para los amantes del minimalismo, aunque solo pesa 280 g, de los más bajos del mercado en esta gama. Estéticamente no es nada especial, pero la selección de colores, blanco y negro en la mayoría, le da un toque elegante. Tiene detalles interesantes, como las letras de la marca en color rojo y algún camuflado mensaje motivacional. Los acabados son excelente, nada parece estar hecho con falta de ganas. En cambio, no llama la atención, pasa desapercibida y eso puede ser bueno o malo, depende del gusto del corredor. También es cierto que está en otro color mucho más vivo, en rojo.
La TP 10 Trail coge toda la espalda; es alargada y lleva los botellines justo al final, en la zona de la espalda baja. Una vez puesta, y sin correr aún, parece cómoda, mucho. La estructura de la mochila tiene forma curva así que la ergonomía mejora bastante, además, provoca que se cree una cámara de aire que, en principio, evitará el exceso de sudor. Se ha añadido un acolchado en la zona de la espalda con mesh para mejorar la ventilación y el confort. Es posible llevar palos rígidos en ella, hay dos tensores detrás para cumplir con esta a función.
El ajuste se realiza a través de dos cintas, una a la altura del pecho y otra en la del ombligo. Esta última es elástica y puede parecer algo baladí, pero ayuda a que no comprima demasiado y dificulte la respiración. Con este juego de cintas, visto una y otra vez en otros modelos, se consigue una buena sujeción. En la parte delantera, en la zona de las asas, hay dos bolsillos que podrían hacer las veces de portabidones, pero están destinadas a llevar alimento u otras cosas. Son demasiado pequeñas para llevar botellines grandes, aunque unos blandos de 250 cl caben, pero ajustados.
Al final de la mochila, hay dos bolsillos de tela de rejilla para poder llevar elementos como el cortavientos, el frontal, la comida, etc. Esta parte está dividida en dos por una cremallera que recorre de arriba a abajo la mochila.
No se engaña a nadie al decir esto último, la cremallera llegan tan abajo y tan arriba que prácticamente se abre la Scott TP 10 Trail en canal. Es una de las cosas que más destacan.
Correr con mochila no es algo a lo que uno se habitúe fácilmente. No obstante, la evolución que han llevado en los últimos tiempos las mochilas de hidratación hace que cada vez sea más fácil acomodarse. La Kalenji Trail 9+14, gracias a su diseño en forma de chaleco, pertenece a esa clase de mochilas. Desde la primera toma de contacto resulta cómoda. Además, su ajuste es muy sencillo, lo cual es muy de agradecer. Dos cintas pectorales nos permiten situarla y ajustarla a nuestro pecho. A continuación, y tras ubicar bien la altura de los hombros, ajustaremos las cintas situadas bajo las axilas para acabar de "afinar". Ajustamos el tubo de hidratación (a izquierda o derecha, aquí cada uno carga hacía dónde crea conveniente) y listo. Rápido y fácil. Y cómodo: la espalda es de rejilla y las cintas de los hombros son sumamente finas por lo que todo resulta tremendamente minimalista y hace que su ajuste a la espalda sea bárbaro.