FRESH FOAM HIERRO V8

PROS:

- Comodidad, ante todo.

- Buena tracción y adherencia.

- Garantía para distancias largas (en terrenos no muy técnicos).


CONTRAS:

- Durabilidad de la suela.

- Según la pisada en cuestión, la estabilidad puede verse comprometida.

- La lengüeta se mueve; además, estaría bien que fuera más gruesa y larga para evitar que los cordones se claven.

New Balance Fresh Foam Hierro v8, el buque insignia de la marca americana acabada de sacar del horno. Cambios respecto a su antecesora, que podéis observar en el comparador de nuestra web; pero más que enumerarlos, nos centraremos en esta nueva versión.

Zapatilla para distancias muy largas, donde la estrella principal es la comodidad, gracias a la media suela con Fresh Foam X, de recorrido largo y tacto blando.

Abierta a cualquier perfil de corredor que busque la comodidad constante (de principio a fin), en salidas largas, ya sean de entrenamiento o competición a ritmos de “ver paisaje y no el crono”. Aunque los de peso superior a los 80kg –aprox-, pueden llegar a notar un compactamiento de la media suela, especialmente en aquellas salidas llanas muy rodadoras al pasar de las 2/3 horas.

La suela (Vibram Ecostep Natural), nueva por completo, se adapta mejor a terrenos secos, con una tracción alta gracias al “TractionLug” y una adherencia notable producto de la blandura del compuesto. En terrenos húmedos se defiende con decencia, aunque no esté específicamente preparada para ello.

No cabe duda que estamos ante una devora-kilómetros, el típico calzado donde su medio natural son aquellas salidas más largas. De hecho, hemos llegado a los 100km en una salida, con un rendimiento altamente satisfactorio en cuanto a comodidad y respuesta, sin aquella necesidad de cambiar de calzado y sin sentir ninguna molestia o roces en los pies (más allá del cansancio propio).

No obstante, y si bien la marca la encuadra como “todoterreno”, creemos que está limitada por unos puntos en contra que no le permiten ganarse del todo este adjetivo, como son la falta de una sujeción más firme o precisa (si tensamos lo suficiente para ganar sujeción los cordones se clavan en el empeine, además de que la lengüeta derecha se bajaba constantemente) y una estabilidad dudosa en aquellos pasos complicados a velocidades altas. Por tanto, sí que está un tanto limitada a terrenos o situaciones no muy complicadas ni muy técnicas.

Por otra parte, la apariencia de la suela, después de unos 230km de pruebas, supone un desgaste algo elevado para una zapatilla a la que le tendríamos que meter muchos kilómetros. Algunos tacos presentan gran desgaste, mientras que el resto del calzado (upper, media suela, cordones, etc...), se encuentra en un estado muy bueno.

Buque insignia de la marca, las New Balance Fresh Foam Hierro v8 están reservadas para distancias muy largas, aunque ello no significa que no se puedan usar para salidas más cortas a ritmos suaves, especialmente para corredores de peso.

En consecuencia, estamos ante un calzado apto para cualquier tipo de corredor que le guste la comodidad constante en sus salidas, por más largas que sean. Ahora bien, la perspectiva de un corredor de 80kg (aproximadamente), no será la misma que para un corredor de menos de ese peso. Y nos explicamos: si pasas ese número y estás en una salida larga, pero por terrenos llanos, notarás seguramente que a la amortiguación de la media suela le cuesta recuperar todo su grosor, especialmente cuando se pasan las 2/3 horas de carrera constante o carrera rodadora (otro dato aproximado, porque las sensaciones pueden variar), que es lo que hemos notado nosotros. Es decir, en cadencias constantes y prolongadas en el tiempo, el nivel de amortiguación no era el mismo que presentaba al inicio de la salida, ya que la media suela se comprime y no llega a expandirse otra vez a su tope, sintiendo, pues, que tenemos menos nivel de grosor debajo del pie. Ahora bien, si la carrera no es constante por llanos (porque hay subidas donde reducimos la cadencia, porque vamos parándonos para descansar o avituallar, o por lo que sea), el nivel de grueso aguanta mucho más, ya que le da tiempo a “respirar” y volver a adquirir toda su plenitud. Este matiz se nota, ya que hemos tenido oportunidad de contrastar estas diferentes situaciones, Tampoco estamos diciendo que la diferencia sea extremadamente sensible, pero sí que se puede apreciar ambas sensaciones, entre al empezar y cuando ya llevamos horas corriendo. Por contra, para corredores de menor peso al especificado, esta sensación seguramente ni la notaran. Pero a pesar de estos matices, el calzado lo pueden utilizar satisfactoriamente cualquier perfil de corredor de ritmos suaves.

El upper, pintado con láser (y no con pinturas químicas), es de rejilla en la zona de los dedos y más cerrado en el resto, con tiras termoselladas laterales y el logo, que sirven para darle un pequeño toque – muy pequeño-, de estructura. Lo que sí da algo más de cuerpo es la una cinta que sale de la unión entre la media suela y el upper  y que pasar por la cordonera. En rasgos generales, la sujeción no la definiríamos como de excelente, si no más bien de “correcta”, y es que no acabamos de cogerle el punto óptimo para ir seguros 100%; y si tensamos los cordones con contundencia, estos aprietan demasiado al empeine, ya que la lengüeta no tiene grosor ni largo suficiente como para retener la tensión de estos. Además, la lengüeta de la zapatilla derecha se desplaza hacia el exterior, provocando que los cordones se fijen directamente en el pie. Esto, en una salida larga, en donde tienes que parar muchas veces para recolocarlo, es un estorbo grande. Sería casi imprescindible un pasador que retenga la lengüeta o una lengüeta-calcetín.

El espacio de la horma lo clava, al menos en nuestro caso, ya que permite que los dedos no vayan agobiados, pero tampoco que tengan espacio excesivo para bailar dentro. El upper por dentro es suave al tacto, de manera que al subir los dedos y entrar en contacto con este, no molesta ni rasca (a diferencia de otros modelos donde es muy duro y el roce se convierte en molestia).

Los perfiles siguen siendo altos (32mm/26mm), con lo que la sensación de ir altos se nota siempre.

No es ningún secreto que las New Balance Fresh Foam Hierro v8 estén hechas para distancias muy largas. Nosotros le hemos hecho salidas -entre otras-, de 40, 60 y 100 km, y aunque algunos puntos no nos acaban de convencer, es un calzado muy potente para afrontar las ultras con garantías.

Siguiendo con lo comentado en el apartado anterior, si vamos a rodar por terrenos llanos y limpios que permitan correr sin parar, la estructura de la media suela (Fresh Foam X), muy blanda al tacto en la que hundimos el dedo solo con presionar un poco, se compacta en exceso y no recupera pronto su forma original, especialmente para corredores de 80kg en adelante. En la primera puesta ya se observa una amortiguación blanda, pero que se traduce a la vez en mucha comodidad. En la salida de 100km que le hicimos, el calzado nos pareció cómodo y fiable, dejando muy buen sabor de boca, ya que en ningún momento sentimos la necesidad de cambiarlo o de dejar de correr por molestias o roces o falta de amortiguación, con lo que en este sentido, está muy preparada para afrontar dichas salidas. No obstante, en la parte delantera tuvimos que ir con cuidado para no pisar aquellas piedras puntiagudas, puesto que se sienten con total nitidez. A pesar del grosor de la media suela (y suela), este tipo de piedrecitas traspasaban hasta la planta del pie, mientras que en la parte trasera nunca tuvimos este problema. Por lo tanto, y a pesar de los perfiles altos, tendremos que cuidar este aspecto, sobre todo en terrenos descompuestos.

El espacio de la horma es realmente cómodo y permite correr sin ningún tipo de agobios, roces o demás. Tenemos el lugar exacto para que los dedos no vayan apretados, pero, a la vez, para que sintamos que el upper cubre realmente el pie en esa zona.

En cuanto a soporte, podríamos decir que toda la media suela tiene forma de barca (aunque esta no sobresalga perimetralmente), que permite al pie hundirse en esta estructura en el momento del aterrizaje. Esta especie de balancín convierte el correr en una tarea tremendamente fácil. Y esto se relaciona directamente con la dinámica de la zapatilla, en la que notamos cómo se realiza de manera simple la transición de la pisada, favoreciendo el aterrizaje y despegue de la pisada, y eso que no tiene un rocker especialmente pronunciado.

Por otra parte, la estabilidad, en muchas ocasiones, no es la deseada, ya que, por ejemplo, al entrar fuerte de talón ladeado, la zapatilla no soporta el peso del cuerpo y tiende la compostura, no evitando que el tobillo se tuerza hacia el exterior. Suponemos que se debe a la laxitud de la amortiguación.

La suela escogida en esta versión cambia y ahora es la Vibram Ecostep Natural (un compuesto que reutiliza partes de sobrantes de otras suelas Vibram). Presenta mayor número de tacos que la anterior, pero manteniendo el “Traction Lug” para un mayor agarre y tracción, y con una prominencia media. Con esta suela tan poblada de tacos ya vemos que va encaminada a terrenos más bien secos. En estas superficies el comportamiento en cuanto a tracción ha sido –siempre-, mucho más que satisfactorio, ya que la suela muerde el terreno especialmente bien; así, en superficies de tierra suelta, compacta,  o senderos con pequeñas piedrecillas y/o polvo, la zapatilla trabaja con eficacia probada, por lo que en este sentido no tendremos problemas.

También lo hace muy bien en terrenos algo más húmedos, como hierba mojada o incluso senderos fáciles cuando acaba de llover, puesto que si el barro no es muy abundante, sigue traccionando con cierta fiabilidad.

La adherencia en piedras o grandes bloques de roca es algo que también nos ha dejado buen sabor de boca, y es que el compuesto, que no es muy duro al tacto, se adhiere muy bien. En roca mojada se defiende con decencia sin ser ello su mejor virtud, pero en cualquier caso mejor extremar precauciones bajo estas superficies.

Como vemos se trata de una suela bastante resolutiva a la que podemos calificar de bastante “todoterreno”.

En cuanto a sujeción, hemos echado en falta  mayor precisión, ya que a pesar de cerrar los cordones con contundencia, según y cómo, el pie se movía en el interior del calzado, jugando en contra de la estabilidad del conjunto. Así, yendo con bastante velocidad por un terreno técnico, hemos notado un poco esta falta de seguridad. No obstante, si vamos a rodar durante horas por superficies no técnicas y fáciles (en donde no hay cambios bruscos de dirección, derrapajes, frenadas, etc...), consideramos al ajuste bastante correcto.

 Los perfiles de las New Balance Fresh Foam Hierro v8 (32mm/26mm), hacen la función de protección natural de los elementos, al “alejarnos” del suelo y protegernos de aquellos pequeños obstáculos del camino (como pequeñas piedras o raíces, o incluso evitar mojarnos si el charco no es grande). Esta protección de la media suela la encontramos en todo el perímetro; en la puntera, además, la suela sube hacia arriba salvaguardando los dedos de choques frontales. Pero es que, además, el “Toe Protec”, sistema propio de la marca, envuelve el dedo gordo y lateral interior, reforzando aún más la protección general. En este sentido, no hemos tenido problemas ninguno, a excepción de la suela en su parte delantera, donde pisar alguna piedra puntiaguda puede suponer sentir dolor (sobre todo cuando llevamos mucho rato en carrera y los pies van más fatigados).

En relación con la ventilación, la experiencia ha sido altamente satisfactoria. Bajo ningún concepto hemos sentido nunca calor en el pie, recalentamiento o incluso agobio, puesto que la rejilla del upper transpira realmente bien. Nada más que añadir.

Además, el agua que se pueda colar en el interior (al cruzar un charco, por ej.), seca con bastante rapidez.

Ni tan siquiera habíamos finalizado la primera salida, que ya observamos dos cosas, seguramente por algún problema venido de fábrica: por una parte, un trocito del termosellado interior de la zapatilla izquierda (justo en el punto de flexión), se había partido y despegado del upper; por la otra, la media suela de la zapatilla derecha se había despegado un poco del upper también a la altura del punto de flexión de la parte interna. Todo apunta a algún problema con el encolado o similar, pero lo cierto es que a día de hoy ello no ha ido a más (se ha quedado ahí intacto), y sin influir tampoco en el rendimiento del calzado.

Más allá de lo indicado, tenemos todo el upper en unas condiciones excelentes, sin que haya señales que predigan un posible desgaste prematuro. Cordones impecables sin enganchones y que siguen aguantando el ajuste que les demos, y media suela con algún signo de compactación pero nada más, ofreciendo la amortiguación correcta.

En cuanto a la suela, sí que se apreciaba ya algún taco más desgastado que otro cuando llevábamos unos 135 kms, distancia que nos parece algo corta como para que a un calzado de larga distancia ya le apareciera tales signos. Parece como si hubiera habido un primer desgaste rápido para, posteriormente, pasar a un desgaste más paulatino.

Una vez finalizado el periodo de prueba, y con 231 kms, el aspecto de la suela es el que se aprecia en las fotos. Creemos que es algo prematuro, tratándose de un calzado al que le vamos a meter mucho kilometraje.