Nathan Vaporkrar 4L VS Raidlight Responsiv 3 L

La mochila Nathan VaporKrar 4L es una de esas mochilas más bien minimalistas, con un tejido un poco elástico y que ha sido cortado en laser. Una maravilla de la técnica a simple vista. Sus cuatro litros de capacidad están principalmente repartidos en un gran bolsillo trasero, apto para llevar bolsa de hidratación (no incluida) y otro bolsillo exterior, abierto, accesible desde los laterales de la parte trasera. La capacidad se completa con dos bolsillos con cremallera (no caben móviles grandes), dos softs flasks de 33cl de Hydrapak, y varios bolsillos al final de las asas y en la parte lateral.
Llega la hora de ponérnosla. La Nathan VaporKrar 4L está disponible en tres tallas: S, M y L. En nuestro caso tenemos una talla L, y una que decir que nos va un pelín grande (mido 1,73cm y peso unos 81Kg), ya que los dos cierres del pecho los tengo ajustados casi a tope. Además de estos dos ajustes pectorales existen dos cintas ajustables en la cintura. Se pueden ajustar en carrera, según la carga que llevemos, pero lo normal será dejarlas ya predefinidas antes de salir de casa.
La sensación es muy buena: la mochila Nathan VaporKrar 4L es una prenda que queda ajustada a la perfección. Más que una mochila parece una prenda, una camiseta. El tacto del tejido y el fit son muy buenos.

La primera impresión con la Raidlight Responsiv 3 L es que parece una mochila de juguete, ligera (210g), de aspecto fino y que rompe las reglas de las mochilas más clásicas. No dispone de un  bolsillo con cremallera, se trata de un gran bolsillo sin ningún tipo de tapa ¿Qué podremos meter aquí dentro? Ni idea, nos asusta más el hecho de que el material no quede cerrado, que no cuanto podamos guardar.
Nos vestimos la mochila, y las sensaciones cambian mucho. El chasis de los tirantes y la espalda, da consistencia al conjunto, se trata de un tejido en forma de panal de abeja para favorecer la evacuación del sudor. Una vez puesta dispone de 2 cierres tipo Boa en el costado que dejan ajustar la mochila milimétricamente. Cuando estamos parados es muy fácil conseguir un ajuste casi perfecto, hay mucho margen de ajuste a pesar de ser única talla.