Adidas Terrex Boost VS Scarpa Minima

La primera vez que nos calzamos la Terrex Boost no cuesta nada entrar el pie ya que podemos abrir bien la lengüeta. Una vez ajustamos el sistema de atado rápido, el pie queda inmóvil dentro de la zapatilla, pero notamos también enseguida que todo el upper se clava demasiado en nuestro empeine, por lo que tenemos que ir con cuidado de no apretar demasiado. Las primeras sensaciones al caminar es de no ser una zapatilla demasiado pesada (325gr), y la amortiguación que percibimos es más bien poca en la zona del medio pie. Se nota algo más en la zona del talón pero no son incómodas de llevar. La flexibilidad, aunque con la mano cuesta un poco, con el pie no cuenta nada, por lo que no se nota una zapatilla demasiado rígida. Creemos que van a ser unas zapatillas que, aunque no estén destinadas a practicar Trail Running, vamos a poder correr perfectamente con ellas. Pues vamos manos a la obra y a hacerle kilómetros que es dónde notaremos todos sus virtudes y defectos.

Al enfundar los pies dentro de las Minima, la finura que habíamos detectado con las manos se hace evidente. La ligereza de las zapatillas de Scarpa (su peso en talla 43 es de 290g), también se deja notar desde el primer momento. Nos notamos cerca del suelo, y con un buen ajuste de cordones conseguiremos una perfecta sujeción del pie. La horma de las Minima es un poco ancha, y con los pies estrechos necesitaremos un buen apretón de cordones para conseguir que los dedos sean los únicos con espacio para moverse. Su parte del talón es baja, y notamos como nuestro pie se mueve con total libertad. Además, vemos claramente como la suela sobresale en los laterales de la parte delantera, ofreciendo una buena base que seguro notaremos al correr.