En este caso Wiggle nos presenta estos geles en un formato de envase blando, lo cual favorece el transporte gracias a su flexibilidad. Podremos meterlo en casi cualquier sitio; en el caso de ir en un porta dorsal, por ejemplo, al poder doblarlo en ángulo agudo, no lo perderemos como seguro que nos ha pasado a más de uno con los de formato pasta de dientes. Otra ventaja respecto al otro formato de envase es el hecho de que al introducirlo en un bolsillo de rejilla, las esquinas de los sellados no se enganchan con esta, facilitándonos así el sacarlo y evitando también rasgar la rejilla.
¡Por fin un envase con sellado de bordes redondeados!. Mira que llevamos tiempo argumentando que sería una gran mejora y por fin está aquí. A ver si se contagian el resto de marcas. Por otro lado no hay que tener miedo a que se pueda romper por presión, ya que el material del envase es muy resistente. Esto nos permitirá transportarlo en cualquier sitio, hasta dentro del zapato
bueno, quizás mejor evitar llevarlos de ese modo.
Normalmente otros geles de envase blando que hemos probado tienen una textura de papel de aluminio grueso, con sus mismas características, lo que nos permite tomar una parte del gel y luego hacer un dobladillo para sellar la apertura. En este caso el material usado, como está forrado de plástico por dentro, tiene efecto memoria y aunque lo dobles vuelve a su posición original, así pues deberemos apurarlo totalmente y no tendremos la posibilidad de tomarlo de forma parcial.
Una vez apurados, los Wiggle Caffeine Gel se pueden compactar muchísimo y son muy fáciles y ligeros para transportarlos.
Hablamos de tubos relativamente contundentes, no tienen el tamaño de los geles clásicos sino que son más alargados como unos 12 cm aprox. Como siempre, en una mochila se transportan con facilidad, en cambio en una malla o pantalón dependerá del tamaño del bolsillo. Todos los geles de este formato sufren de lo mismo: el sellado de la parte inferior tiene unos cantos agudos un tanto excesivos. Si fuesen redondeados se evitaría que se enganchasen con las mallas de las que suelen estar hechos los bolsillos, tanto de las mochilas como de los pantalones.
Una vez tomado se puede enroscar, como un tubo de pasta dentífrica, y ocupa realmente poco. Si bien no se puede dejar plano como uno con envase blando (esos como de papel de aluminio), no es molesto de llevar.
