Vuelta al Aneto 2015 Trangoworld

 

 

INTRODUCCIÓN

 

Hemos tenido el placer de haber sido invitados a colaborar con el desarrollo de las nuevas prendas para trail de Trangoworld para la primavera de 2016. Para ello, la casa aragonesa Trangoworld nos ha facilitado material suficiente para superar una prueba en cualquiera de las condiciones meteorológicas posibles y además nos ha ofrecido dos dorsales en una prueba brutal. La susodicha es la Vuelta al Aneto, una prueba de 58 km y 3700 D+ bastante técnica. Preguntas como, ¿te has visto alguna vez en condiciones meteorológicas desfavorables en alta montaña y has podido resolverlo con solvencia?, en el momento de formalizar la inscripción, los requisitos obligatorios y el tipo y cantidad de material obligatorio en la prueba, ya hizo que tuviésemos los pelos como escarpias. Parte por la incertidumbre y parte por el anhelo de correrla. La prueba en sí sale de Benasque, rodea el macizo del Aneto pasando por distintos y espectaculares collados y luego vuelve a bajar a Benasque compartiendo los últimos 6 km con los primeros en la salida. Toda ella discurre en alta montaña con una altitud media de unos 1900m y una altitud máxima en el Collado de Salenques de 2797. A priori esto es lo que sabíamos antes de embarcarnos en esta aventura.

 

EL MATERIAL

 

Como ya sabéis, la preparación de una carrera de esta envergadura y en alta montaña requiere hacer inventario del material disponible y seleccionar aquello necesario para poder pasar los controles de material con el mínimo peso y volumen sin comprometer nuestra situación en carera. Para ello Trangoworld nos dio un equipo completísimo para poder seleccionar qué íbamos a llevar en carrera.
Dadas las condiciones previstas de tiempo nublado pero estable, con temperaturas entre los 8ºC y los 17ºC optamos por la siguiente combinación.

PUESTO

Decidimos salir con una primera capa térmica en la parte de arriba, la Trangoworld Porma y sobre esta una camiseta de manga corta de la nueva colección.
La idea era que en cuanto subiese la temperatura, quitar la térmica y dejar solamente la de nueva colección. Dado que exigían llevar, aunque fuese en la mochila unas mallas piratas o largas, decidimos usar unas piratas y así nos ahorrábamos llevar material extra en la mochila. Para ello usamos las mallas Baretti, unas mallas transpirables de la nueva colección de Trangoworld.
Para los pies elegimos los calcetines X-Socks y calzado Salomon SpeedCross 3 GTX.
Finalmente como accesorios, los bastones Komperdell Carbon de tres tramos y las gafas Eassun Record.
A priori nada más ya que el resto iba en la mochila.

 

EN LA MOCHILA

Disponíamos de dos mochilas, la TX 10 y la TX 20, obviamente el número indica los litros de capacidad. Ambos modelos permitían llevar bidones en los laterales traseros, de modo que esta fue nuestra elección con dos bidones de 750 ml. De todos modos aun quedaba elegir la mochila a llevar, esto dependería del bulto que hiciesen los elementos del interior.

IMPERMEABILIDAD

Como capa impermeable decidimos llevar la chaqueta Tamur de Trangoworld que nos garantiza la impermeabilidad absoluta y sabemos que no nos dejará tirados. El único inconveniente es su volumen plegada. Puesta en la TX 10 ya no permitía meter apenas nada más, de modo que la TX 20 quedó adjudicada para realizar la prueba.

TERMICIDAD

Era obligatorio llevar guantes y gorro, así que Trangoworld nos facilitó dos prendas ligeras y finas, el goro YURI y los guantes HIDA con Polartec® Power Stretch®. Como tubular llevamos uno de propaganda de Vibram® que teníamos de la feria del UTMB 2014.

SEGURIDAD

Como frontal principal utilizamos la primera versión del PETZL NAO y llevamos cuatro pilas AAA de recambio.
Como frontal de seguridad llevamos un PETZL E+LITE que es muy ligero y cabe en cualquier sitio.
Indispensable llevar el mapa encima durante toda la carrera, era un requisito obligatorio. Un mapa que abultaba bastante y que decidimos meter en una bolsa hermética con zip. Ya os avanzamos que no salió de la mochila, el trayecto estaba “bastante” bien indicado.
Botiquín con lo básico, algunas pastillas anti inflamatorias, las pastillas potabilizadoras Micropur (obligatorio llevarlas), esparadrapo, una venda elástica (obligatoria), una aguja, hilo y povidona yodada, crema solar.
El silbato obligatorio ya lo llevaba la mochila TX 20 integrado en la cincha pectoral así que fue perfecto.

ALIMENTACIÓN

Llevamos una bolsa con barritas y geles de Powerbar y wiggle, y para beber, un vaso de regalo de una travesía del Montseny.

RECAMBIOS

Decidimos llevar unos calcetines de repuesto y metimos la camiseta de manga larga de la nueva temporada de Trangoworld.

CRÓNICA DE LA CARRERA

 

Acercándonos ya hacia la salida en Benasque íbamos dando cuenta de lo vivido el día previo a la competición, habíamos podido oler de qué iba el rollo de esta prueba. El valle colapsado por completo pese a no ser una prueba demasiado multitudinaria, todos los pueblos a 15km a la redonda totalmente entregados a los participantes a la prueba y un ambiente espectacular acorde con el paisaje que rodea el lugar. Segundos antes de que se diese el pistoletazo de salida estábamos con los nervios propios de una situación con cierta incertidumbre pero confiados en el material y con las ideas claras. Hay que probar el material, disfrutar del paisaje, de la gente y sobre todo, llegar a meta, no nos importaba el tiempo.

 

En los primeros 18 kilómetros de la carrera, se sube paulatinamente hacia los Llanos del Hospital y luego hacia el refugio de la Renclusa con un poco más de pendiente llegando a éste último. Durante estos kilómetros nos hemos podido sacudir el frío de encima y empezar a sudar ligeramente ya que las cimas circundantes ya dejaban pasar los rayos de sol. Pese a ello decidimos seguir con el material que llevábamos a la salida que con las temperaturas bajas y al refugio de los valles aun nos permitía correr confortables.

 

A partir de este punto sabíamos que empezaba lo bueno, teníamos 25 kilómetros en que estaríamos a un promedio de altitud de 2400 m, pasando por puntos a casi 2800 m. En primer lugar el descenso hacia el impresionante Forau d’Aigualluts a partir del cual empezamos a remontar el valle de Barrancs hacia el Collado de Saleques. En una subida medianamente exigente que iba a más conforme mas nos acercábamos al collado, los senderos iban dando paso a un caos de bloques de granito en el que había que vigilar no dar un paso en falso al mismo tiempo que evitar que el que iba delante te pinchase un ojo con los bastones. A mitad de la subida ya se podía ver como la exigencia del terreno hacía mella en algunos, a los que las piernas les flaqueaban notablemente. Nosotros que íbamos perfectos y pasándolo como niños pensábamos “No les queda nada por delante…” Otros bromeaban con el tema de las pastillas potabilizadoras, oímos alguno que decía “Yo ya hace dos horas que me la he tomado, ¿ahora ya puedo beber de los arroyos no?” El buen ambiente aun predominaba en este punto. Con el collado ya a la vista, se abre paso a los neveros que habrá que atravesar, así como a nuestra derecha las impactantes vistas de las cimas del Aneto, el Pico Corones, el Tempestades y todos los que conforman esa larga arista.

 

Pasamos ya el Collado de Salenques a 2809 m y la bajada hacia el Valle de Salenques se antoja complicada y apabullante, 600 m en unos 2 km por un caos de bloques de granito con cuerdas fijas para evitar sustos. Alucinante, pese al riesgo de partirte un hueso en cada salto la bajada fue increíble. Hubo quién en la parte baja optaba por deslizarse por los neveros, pero dada su experiencia no demasiado agradable, nosotros decidimos seguir asumiendo el riesgo de los bloques de granito.

 

Empieza la subida a Collado, vertical donde las haya, al principio con tierra y piedras bajo nuestros pies que enseguida daban paso a roca erosionada visiblemente por el agua. La particularidad de esta subida de unos 550 m es que se hace por tramos y en cada uno piensas que es el último pero una vez rebasado ves que no, queda otro tanto y así hasta 4 veces. Aquí las nubes cubrieron el cielo haciéndonos sufrir por la meteorología, arreció el viento y a los enormes ibones que se sitúan a los pies de la Tuca Cap de Llauset y de la Tuca d’Angliós se les rizaba la superficie al mismo tiempo que a nosotros se nos erizaban los pelos. En todo caso, subiendo y bajando las mangas de la camiseta térmica de Trango hemos podido pasar cómodamente hasta aquí así que no sacaremos aun la chaqueta.
Pasado ya el paso de Collado a 2706 m empezamos una bajada que alterna tramos no muy pendientes con tramos de pendiente muy pronunciada como la bajada hasta los pies del Coll d’Angliós, todos ellos, eso sí, sin sendero, solo bloques de granito. La cosa, pese a su espectacularidad ya empezaba a hacer mella en nuestra cabeza, pero como el cuerpo tiraba la cosa iba bien. En este punto a puntito estuvimos unos cuantos corredores que habíamos formado un grupito de equivocarnos y tirar por la ruta del GTTAP en lugar del de GTTVA. Aquí tomamos el primer respiro antes de “saltar al otro lado del muro” de 250 m que teníamos en frente para llegar a la presa de Llauset (km 36), un par de minutos sentado en una pieda que, no se si lo habíamos dicho pero, abundan por cierto, una barrita de cereales y para arriba que el cielo ya se ha despejado y pese a la brisa hace calor. De nuevo mangas arriba y un paso tras otro para salvar el desnivel antes de bajar al avituallamiento de Llauset. La bajada a éste, por fin sin piedras, parece que hay sendero, irregular y muy pendiente pero permite correr sin sufrir en cada paso.
Allí, reposición del líquidos un poco de fruta y a por el último repechón de la prueba, el Collado de Ballibierna a 2731 m.

 

La subida rodeando primero el embalse de Llauset y luego empezando a subir hacia el refugio de Cap de Llauset era por sendero, lo cual nos permitió dar un respiro a las piernas y estirarlas un poco. Lo bueno por eso dura poco y empieza lo duro y bonito. Un giro brusco nos encara ya hacia la subida de más caos de bloques de granito. De todos modos las piernas funcionan y subimos fantásticamente hasta el Collado de Ballibierna. Una vez allí vemos ya lo que nos espera… Una bajada potente, larga y un horizonte en el que no somos capaces de ver dónde acaban las piedras ni siquiera de intuir por dónde va el camino. Muy a nuestro pesar nos lanzamos a bajar y aquí las piernas ya empiezan a resentirse. Tras divagar por los bloques de granito ya en una zona más llana, el juego cambió. Ahora se trataba de buscar banderitas y cintas que con el viento habían quedado escondidas tras las enormes rocas, parecía más una carrera de orientación que un trail.

 

Pasada toda la zona de los Ibones de Ballibierna, se abre paso hacia el bosque y lo primero que pensamos fue “por fin terreno blando donde poder correr” pues no, senderos bien marcados con cantos rodados enormes que hacían una tortura el correr. ¡Pfff! Además los innumerables desvíos y bifurcaciones de los senderos hacían que de nuevo tuviésemos que ir muy pendientes de las banderitas que no abundaban en esta zona. Los 9 km hasta el refugio de Coronas a 1953 m se hicieron bastante pesados pero por fin se abría una pista en bajada pero muy “corrible”. Empezamos a correr pero vemos que ya las piernas no van y además la justa transpiración de la entrepierna en el prototipo de mallas pirata Baretti de Trangoworld hizo que en este punto tuviésemos el trasero irritadísimo y con un escozor permanente. Sumado a esto, el hecho de bajar de las cimas soleadas hacia el valle donde el sol ya no estaba presente metiéndose la noche a cada paso, afectó seriamente a nuestro ánimo. Suerte del apoyo de Laura, una corredora madrileña que nos ofreció apoyo moral desde el Collado de Ballibierna hasta la meta. Sin ella, esos 13 km que separan el refugio de Coronas de Benasque se hubiesen hecho terribles. Ciertamente, una vez llegados al Valle de Benasque en el que se intuye a lo lejos por las luces donde está el final de esta odisea, se hace eterno porqué no llega nunca. Sin embargo, la entrada ya a las calles del pueblo, donde la gente en las terrazas de los bares te anima, hace que la sensación de pesadez quede atrás y la adrenalina te haga volar hasta la bien merecida meta.

 

COMENTARIOS Y CONCLUSIONES

 

En primer lugar queremos agradecer a Trangoworld el haber confiado en nuestra experiencia en los test de material para ayudarlos con la mejora de sus productos para la primavera de 2016. Nos facilitaron una cantidad de material que nos fue imposible probar únicamente en la Vuelta al Aneto 2015, de modo que tuvimos que extender nuestros test un poco más allá, repartiendo el material que nos facilitaron entre nuestros probadores para realizar más pruebas y obtener objetividad.
En definitiva, el material estaba bastante listo para empezar a producir pero faltaba cambiar algunas costuras en mallas, decidir el tipo de cuello de las camisetas y mejorar un poco la transpirabilidad en algunas zonas mediante la inclusión de rejillas.
Estamos deseando ver como son las versiones definitivas de las prendas de 2016 y como no, deseamos aun más volver a participar en esta espectacular y durísima carrera de alta montaña.