Como en todos los productos de la marca, estas mallas cortas Wong vienen en el interior de un atractivo contendor cilíndrico al que, cual caja de galletas, le quitamos rápidamente la tapa para empezar a toquetear su contenido. Al tacto resultan agradables pero se deja notar el relieve de su tejido, cuya configuración iremos desgranando a lo largo de este test. Las estiramos con las manos y comprobamos una elasticidad aparentemente media, que seguramente sujetará sin demasiados agobios.
Una vez puestas vemos que se ajustan correctamente al contorno de nuestro cuerpo y, tras realizar algunos movimientos en parado, éstas siguen en su lugar sin desplazarse. Además de cómodas, la zona de la cintura sujeta sin presionar, aunque esto variará dependiendo de la constitución de cada uno.
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