Hay algo innegable, las Rush E-Lite 2.0 son cómodas. No más que otros modelos, pero lo son. Es agradable meter el pie en una zapatilla y notar que todas las partes encajan. Es una zapatilla amplia, de horma ancha e interiores holgados. Para la mayoría de corredores del pelotón es un punto a favor, pero para los que quieran volar raso, esta confección amable es un punto negativo. Estas Tecnica no son precisamente unas voladoras.
Una prueba es el peso, en talla 8 US llegan a los 295 gr. En un modelo diseñado para ir rápido, es demasiado. Parece que no, pero unos gramos menos le habrían hecho un favor a las Rush E-Lite 2.0. El lastre está en la amortiguación, como siempre. Salvo en algunos compuestos, como el Boost o el Fresh Foam, una buena amortiguación dispara el peso. La parte positiva es que los kilómetros pasan y las piernas no sufren más de la cuenta. Son unas zapatillas bondadosas.
En el interior no hay partes que aprieten más de la cuenta o costuras que estorben. Está todo bien pulido. Es agradable el tacto con el pie es muy agradable, da gusto correr así. La puntera tiene cierta forma estrecha, pero hay espacio de sobra para mover los dedos. Los deportistas de pie ancho serán felices.
El diseño no pasa de lo ordinario. El perfil tosco de la zapatilla le resta atractivo y solo gana algo gracias a los colores vivos, aunque el azul turquesa tampoco hace que sobresalgan demasiado. Pero no hay que equivocarse, puede que las Tecnica Rush E-Lite 2.0 sean el tipo de zapatilla que brilla por sus prestaciones y no por su estética. Sin embargo, se han marcado algunos detalles que le dan un aire pintoresco. Por ejemplo, en el lateral trasero está estampado el nombre de la marca. Así, Tecnica, en letras grandes y de color negro y justo debajo, el nombre de este modelo Rush E-Lite 2.0.
Cinco líneas decoran el lateral de la zapatilla al mismo tiempo que mejoran la sujeción. La mayoría de modelos del mercado, da igual la marca, emplean sistemas similares. En la puntera hay otras bandas que añaden protección.
Por fin llegó el momento de volver a calzarnos unas S-Lab XT. La verdad es que no recordaba que este en modelo costase meter el pie, pero por lo menos en esta versión 6 era así. Debemos destensar el cordón bien, meter el pie y ayudarnos con las manos para tirar el talón hacia atrás.
A mí, personalmente, me gustan las zapatillas en las que cuesta meter el pie. Normalmente denotan mucho carácter y tienen bastante sujeción, aunque también comportan otras cosas.
Una vez el pie dentro nos sorprende la rigidez de la zapatilla, incluso la parte del puente se nota mucho en nuestra planta. Realmente la estructura de las XT nos obliga a tener el pie en una determinada posición.
Esta sensación la hemos tenido todas y cada una de las veces que nos hemos calzado la zapatilla, aunque después de unos minutos ha desaparecido sin más.