Scott T2 Kinabalu 3.0 VS Adidas Raven Boost

La verdad es que lo primero que nos sorprende es la combinación de colores de nuestra unidad de pruebas Scott T2 Kinabalu 3.0, el azul eléctrico con el naranja flúor consiguen como poco, que te las mires y te las miren, y seguro que tantos fans como detractores. Pesan!! eso leen nuestras manos y no se equivocan, 382 g para una talla 11 USA, no es poco… estructura clásica, perfil medio tirando a bajo sobretodo en la parte delantera, talonera rígida,, cordones estrechos y planos, suela plana con dibujo cercano al multitaco que creemos ya haber visto en otro modelo, rocker elevado, puntera bastante protegida, desagües…No está mal para una primera impresión, aquí hay mucho para probar y comprobar, ¿no creéis? Al calzarnos las Scott T2 Kinabalu 3.0, la primera evidencia es que son comodísimas, el pie nos ha entrado fácilmente y una vez atado queda bien acomodado y sujeto. No notamos ninguna costura extraña ni estrechez, por notar, notamos que la lengüeta es cómoda y está bien dimensionada, la talonera es rígida y “manda” a nuestro talón pero sin agobiar, y la plantilla nos envuelve perfectamente nuestra planta. Horma de estructura clásica, tirando a ancha, que la hará apta para pies anchos y permite cierta libertad de movimiento a a nuestros dedos. En cuanto a la pesadez en mano, una vez calzados desaparece, a la vez que tenemos la sensación de que son bajas de perfil y de amortiguar mucho. Al andar con ellas, el paso es fácil y fluido, suponemos que consecuencia de su rocker elevado junto a su sistema eRide en la media suela, estas Scott piden guerra y vamos a dársela… a correr !!

El diseño de las Adidas Raven Boost es un tanto retro. En este modelos son principalmente negras, recuerdan a las botas de fútbol de antaño, de estilo modesto. Vistas sobre el suelo tiene forma de arca, la parte delantera y trasera se elevan y dan esas sensación. No llegan a ser unas Hoka, pero se parecen. La suela también dista de ser normal: es redondeada por los bordes. Se mete hacia la media suela creando un efecto de redondeo. La primera vez que se coge la zapatilla para ponérsela enseguida se fija en lo amplia que es la horma y la lengüeta. Estamos acostumbrados a ver hormas anchas en modelos de ultra trail, pero pocos tienen una lengüeta así. Sin embargo, a pesar de esto, cuesta un poco meter el pie. Hay que abrir casi al máximo los cordones para hacerlo con comodidad. Tanto es así, que se puede llegar a creer que se está equivocado de talla. Cuesta que el pie entre, hay que hacer un poco de juego y tirar de la lengua que sobresale del talón para que encaje. Una vez que esto se consigue, es el momento de pisar sobre el Boost™. No parece nada especial, pero cuando se empieza a caminar las cosas cambian: este innovador material de una sensación muy cómoda. Si se pisa con los talones para forzarlo las sensaciones son las mismas. En el pie, las Adidas Raven Boost™ se notan ligeras, aunque sin excederse. Pesan 277 gramos en la talla 7.5 (US), que no está mal para ser unas zapatillas ideadas para la larga distancia, pero que no es nada del otro mundo. La liviandad no es su característica principal.