SENSE PRO 10

SALOMON

DATOS TÉCNICOS

  • Peso 166 g
  • Precio 160,00 €
  • Temporada SS21
  • Capacidad 10.0 litros

GALERÍA


CONCLUSIONES

Pros & Contras

PROS:

1. El ajuste de la mochila es siempre igual de bueno, a pesar de llevarla totalmente cargada o no.

2. Una ultrera minimalista con mucha capacidad, en la que podremos llevar todo y más.

3. Con la distribución de los bolsillos delanteros tenemos a mano todo lo necesario en carrera.

4. Cómoda, siempre y bajo cualquier circunstancia.

5. Bidones rápidos y cómodos de usar y rellenar.

6. Incorpora protector mullido para evitar que el culo del bidón moleste la zona de las costillas.


CONTRAS:

1. Solo vemos buena una sola opción de portar los bastones.  

2. Bajo circunstancias de mucho calor, el sistema de ventilación no funcionará correctamente.

3. No posee ningún bolsillo o compartimento estanco.

Conclusión

En la preview de la Salomon Sense Pro 10 ya dijimos que la marca renovaba su gama S-Lab y apuntamos lo siguiente: A simple vista vemos como la Salomon Sense Pro 10 es muy parecida en construcción y estética a la colección S-Lab, pero también observamos como cogen algunas características de la gama Advanced y un poco más de estructura. Mejor definición imposible de lo que supone esta hermana mayor, y ultrera por definición, de la nueva saga Sense Pro –la otra versión disponible es de 5 L-, ya que el tacto y elasticidad del tejido, así como su estructura, se asemejan más a la serie S-Lab pero “robando” características que han funcionado muy bien de las Advanced, como el porteo de bastones, la distribución de los bolsillos delanteros y, sobre todo, trasero, donde además de espacio para una bolsa de hidratación encontramos la obertura lateral con cremallera del bolsillo principal.

Sus 10 L de capacidad nos permiten llevar multitud de elementos, como 4 litros de líquido –dependiendo de la bolsa de hidratación que tengáis ya que no viene con la mochila-, alimento para pasar un día larguísima y todo lo que se os pueda ocurrir en cuanto a material: piezas térmicas, impermeables, guantes, gorro, frontal, y un largo etc.de cosas que podemos necesitar fuera además de acceder a ellos rápidamente gracias a los bolsillos delanteros y laterales al alcance de la mano.

El modo de ajuste mejora sustancialmente respecto a su antecesora, pudiendo conseguir al milímetro el que mejor nos vaya estirando de la única goma central que cierra en el frontal.

Si tenéis el carcaj de la marca conseguiremos hasta 4 maneras de llevar bastones –incluso si no son plegables-, aunque algunas posiciones las descartamos por incómodas o por excesivo rebote, tal y como explicaremos.

La comodidad es sencillamente excelente y continua, puesto que le da lo mismo una salida corta como tenerla en la espalda toda una jornada de montaña. La malla 3D en su interior favorecerá la circulación del aire por la espalda, aunque a veces sature en condiciones de mucho calor.

A pesar de ser una mochila minimalista de competición pura y dura, ya no la encontramos tan radical como la anterior S-Lab en donde su público era muy concreto; esta versión –consideramos- se abre a más corredores que gusten de un chaleco bastante algo minimalista pero con tintes de mochila (en cuanto a estructura, sujeción, porteo de palos,...).

En cualquier caso, la nueva de Salomon se erige en un elemento seguro y cómodo para salidas muy largas por la montaña.

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REVIEW

Sistemas de hidratación

Sistemas de hidratación

De serie la Salomon Sense Pro 10 nos trae dos bidones blandos de 500 ml cada uno, para nosotros ideales ya que:

- Tienen la boca grande: más fáciles a la hora de recargarlos de líquido ya que no tenemos que hacer tanta puntería e incluso más fácil para el voluntario/a del avituallamiento J). Así también evitamos mojarnos el guante de la mano  que sostiene el bidón en esos días o situaciones de frío que a veces nos hace temblar el pulso. Además, permite meterle pastillas de sal o trozos de hielo sin tener que trocearlos antes. Y por descontado, más fáciles a la hora de limpiarlos.

- La rosca: al ser la boca más grande, ésta también lo es, siendo mucho más manejable. Además tiene relieve, lo que permite un buen uso con las manos mojadas o incluso con guantes.

- El pitorro: tiene un sistema anti goteo.

- El culo: es ovalado, facilitando la entrada rápida en el bolsillo correspondiente de la mochila.


Los bolsillos frontales tienen una presilla para sujetar al bidón evitando que éste se vaya hacia al fondo a medida que se vacía. Además, soportan bidones rígidos de hasta 750 ml.

Para hidratarse es suficiente con acercar la boca al pitorro y presionar el bidón, sin necesidad de extraerlos. Más rápido imposible.

Otro dato importante es que si el bidón no tiene aire, el líquido no irá rebotando en su interior, puesto que la botella se va encogiendo y queda sujeta por el propio bolsillo que la comprime.

En la zona trasera hay un compartimento separado del bolsillo principal. En principio no parece preparado para una bolsa de hidratación puesto que no viene separador térmico y la malla que lo separa del contacto de la espalda no es 3D, pero nosotros hemos colocado una bolsa de 1,5L sacando el tubo por la obertura que en este caso es superior y atándolo a unos de las gomas que tenemos en la parte frontal, aportando un buen extra de agua para una salida larga. Lo malo, claro, es que si la bolsa no tiene aislante térmico, el líquido se calentará por el calor transferido. En todo caso, ahí queda el tema como posible opción.

Compartimentos y extras

Compartimentos y extras

Hasta 13 bolsillos –si contamos con los destinados para los bidones- tiene la Salomon Sense Pro 10, siguiendo la misma distribución que la Advanced Skin, distribuidos de la siguiente manera:


Frontal:

En cada asa encontramos la misma configuración, teniendo así el destinado al bidón, vendria a ser el más largo. Sobrepuesto y más abajo, otro bastante profundo abierto pero con bordes de silicona para algo más de cerramiento. En este misma tela, hay otro con entrada lateral y cremallera y, al lado opuesto, otro de entrada lateral también pero sin cremallera. Los que no tienen cierre no es necesario que vayan súper llenos para que la carga no se pierda, ya que con la sujeción general del chaleco estos se mantiene cerrados; de hecho nunca ha salido volando nada de los mismos. Por encima del bidón –en asa derecha- hay otro más con cremallera. En el asa izquierda, en vez de cremallera tenemos uno de solapa, con un silbato de emergencia en su interior.


Lateral:

En realidad aquí tenemos un solo bolsillo que recorre perimetralmente nuestro contorno de lado a lado; es decir, si metemos por ej. una membrana por el lateral derecho, la podemos sacar por el lateral Izquierdo. Acceder a ellos no es que cueste demasiado, pero será más fácil para aquellos más flexibles.


Trasera:

Aquí tenemos el bolsillo principal de obertura lateral con una cremallera vertical, con gran capacidad y de tejido elástico. Entre éste y la espalda hay un compartimento que se accede por la parte superior sin cierre alguno (no es necesario cierre puesto que la misma configuración del chaleco hace que la obertura siempre esté comprimida ). Es en éste donde antes comentamos de llegar a poner una bolsa de hidratación si fuera necesario y de manera ocasional, ya que no está totalmente preparado para ello.

Para acceder a cualquiera de ellos es necesario quitarse la mochila (a no ser que seas descendiente de Houdini).


Ningún bolsillo o parte de la mochila es impermeable o estanca, con lo que deberemos envolver en una bolsita aquellos elementos que no deban mojarse. Además de traspasar el agua de lluvia, también lo hará el calor corporal, llegando a humedecer la ropa que llevamos en el interior.
 
Los bolsillos de los bidones, respecto de la anterior S-Lab, se han subido de posición, ahora mucho más cerca de la boca, consiguiendo varias cosas: a) rebote inexistente en carrera, b) el culo del bidón ya no castiga ni se clava en las costillas y, c), es más fácil beber de ellos ya que solo debemos bajar la boca y punto.

En relación a los bastones, ya dijimos que es compatible con el carcaix de la marca, situándolo en cualquier asa de la mochila.

Situados en la parte trasera, utilizando las gomas al efecto, el rebote es bastante evidente, aunque los tensemos hasta su tope; lo bueno es que los podemos quitar y poner sin sacarnos la mochila.

En el asa izquierda, longitudinalmente a ésta, es una opción que nos ha gustado bastante, ya que hay rebote nulo y los podemos manipular rápidamente. Lo malo es que pudiera ser algo peligroso en una posible caída.

Finalmente, también hay la posibilidad de llevar palos de un solo tramo, usando la goma superior y la inferior de la mochila.

Un punto a favor es que si no necesitáis sistemas para llevar palos -ya que usáis un cinturón para ello o los lleváis en la mano-, todas las gomas para transportarlos se pueden quitar, quedando el chaleco más limpio y sin gomas que vayan saltando.

Como elementos de seguridad, además del silbato, la mochila tiene reflectantes por todo el contorno (delante, laterales y parte trasera).

En carrera

En carrera

La gran característica de la Salomon Sense Pro 10 es sin duda la comodidad, en todos los sentidos gracias al sistema SenseFit que tan bien funciona siempre: primero por el tejido elástico que se ajusta muy bien al contorno haciendo que la carga no se mueva al correr, con independencia de si va total o parcialmente llena, ya que en este último supuesto la elasticidad y compresión del tejido hace que se acople a la carga de cada momento. En segundo lugar porque con el cierre del ajuste frontal, tremendamente cómodo y rápido de usar, conseguimos el grado de sujeción necesario en cada momento. En tercer lugar, porque con los bolsillos frontales y laterales podemos tener a mano todo lo que usamos con mayor regularidad durante el recorrido: líquido, alimento, guantes, braga, frontal, móvil, auriculares, mapa, gps, etc... Y, finalmente, porque el tejido –sumamente suave- nos evitamos roces en el cuello o brazos.

No obstante, os recordamos de llenar en extremo los bolsillos delanteros, sobre todo los inferiores, ya que de lo contrario pueden molestar al bracear además de producir algo de rebote. Además, si va muy cargada y el tejido se moja (por lluvia o sudor) éste pierde un poco su capacidad de sujetar.

Si la llevamos cargada en su justa medida, no vamos a notar ningún tipo de rebote, ni en la parte delantera ni en la trasera, y ello a pesar del transcurso de los kilómetros.

La malla en contacto con el cuerpo sigue prácticamente el patrón de la antigua S-Lab: malla 3D por el reverso de las asas, pero que ahora sube por detrás del cuello para unirse con la otra asa; sin embargo, los laterales y la espalda son de un tejido que si bien transpirable, no es 3D. Ello, traducido, nos ha supuesto que todo el conjunto –sin ser caluroso- colapsa y no llega a evacuar todo el calor corporal. Su colapso será más rápido –evidentemente- en épocas estivales o días calurosos.

Resistencia / durabilidad

Resistencia / durabilidad

A pesar de la apariencia de la Salomon Sense Pro 10, ésta ha soportado correctamente nuestras pruebas, incluso pasando por la lavadora (programa frío de 15 min). El ajuste continúa como el primer día y no observamos ningún deshilachado o similar. Las cremalleras siguen cerrando igual de bien (os recomendamos lavar el chaleco si la salida ha sido muy larga, ya que las sales del sudor, al solidificarse se incrustan en el carro y no permiten que ésta cierre bien.

No obstante habrá que extremar precauciones al pasar por vegetación punzante, ya que una rama puntiaguda podría mermar el tejido del chaleco.

COMPARADOR

Vs.

Autor: Fernando Pérez

Fecha de publicación: 31/05/2021

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