S-LAB PULSAR 3 MOCHILA

SALOMON

DATOS TÉCNICOS

  • Peso 90 g
  • Precio 160,00 €
  • Temporada FW23

GALERÍA


CONCLUSIONES

Pros & Contras

PROS:

- SensiFit: Fit impecable, con independencia del nivel de carga.

- Bolsillo trasero para añadir 500 ml más de agua.

- Ligereza: Mochila que pesa solo 90 gramos.


CONTRAS:

- La falta de elasticidad del tejido en algunos bolsillos.

- Sistema porta bastones con las gomas de la propia mochila.

- Cierre del bolsillo trasero.


POSIBLES MEJORAS:

- Añadir algún bolsillito para cosas pequeñas.

Conclusión

"Ideal para carreras rápidas y de poco material."

Hemos encontrado muy interesante esta S-Lab Pulsar 3 para completar el catálogo de mochilas Salomon, con una más ligera y de menor carga, de tres litros. Estructurada como chaleco, aúna las cualidades que debería cumplir toda buena mochila, como son el ajuste, a la vez que comodidad y accesibilidad en carrera. En eso está en el nivel top.

Todo lo que hemos realizado con esta mochila ha sido fácil y rápido. Desde ajustarla antes de correr, la hidratación o el acceso a todos los compartimentos sin necesidad de quitárnosla. Especialmente reseñable es esto último, por el ahorro de tiempo que implica, siendo muy valorable para aquellos que estén compitiendo y busquen cómo arañar segundos en todo lo posible. Esta Salomon S-Lab Pulsar 3 puede marcar la diferencia.

En cuanto a su capacidad de carga, los tres litros son más que suficientes para salidas en las que hay que llevar poco material. Hidratación, comida y alguna prenda no muy voluminosa, que suele ser suficiente en múltiples salidas y carreras cortas (según sea el material exigido por cada organización). El reparto del peso entre los diferentes compartimentos también está muy bien logrado, sin que nunca hayamos notado una descompensación o que la mochila tendiera a caer hacia delante o atrás, según donde se acumulara más peso.

A partir de ahí mejor no forzar. Si queremos seguir disfrutando de una mochila encomiable, no hay que pasarse atiborrando los bolsillos. Tampoco nos ha parecido idónea para cargar con unos bastones. Se puede hacer, y así está previsto, pero el resultado desmerece la sobresaliente valoración que damos a la mochila, por las dificultades que ha añadido en carrera.

Queda claro que no es mochila para todo. Con el nivel de carga adecuado, la Salomon S-Lab Pulsar 3 se muestra imbatible, una compañera a la que nos acostumbraremos desde el primer minuto, y costará renunciar a ella. Ya lo hemos dicho, pero hay que repetirlo: es lo más parecido a correr sin mochila, pero llevando una.  


REVIEW

Sistemas de hidratación

"500 ml con opción hasta el litro."

Sistemas de hidratación

"500 ml con opción hasta el litro."

Con la Salomon S-Lab Pulsar 3 tenemos dos bidones blandos, de 250 ml cada uno, fabricados por la conocida marca HydraPak. Tienen sus compartimentos específicos en los bolsillos frontales del chaleco. El diseño de la parte inferior de cada bidón es en forma de cuña, lo cual ayuda a que entren de forma rápida cuando están llenos, sin que se traben.

Dentro de su espacio, los bidones encajan a la perfección. Se meten y sacan fácilmente y, por otro lado, no han causado rebote en carrera; vamos que no bailan dentro del compartimento. Los dos bolsillos para estos soft flasks tienen una presilla elástica para la boquilla. Queda así bien sujeta al cuerpo de la mochila la parte superior, evitando además que el bidón se escurra hacia abajo conforme se vacíe de contenido y su boca quede escondida.

También tenemos que señalar que la boquilla del bidón (una vez metido en su bolsillo) queda a una buena altura. En tanto que el acceso a la misma en carrera se hace bien, con un simple giro de la cabeza ya podemos beber, sin que sobresalga y moleste al campo de visión del corredor.

Entonces, con los bidones que van junto a la Salomon S-Lab Pulsar 3 tenemos 500 ml de agua para hidratarnos. Lo cual puede ser suficiente para salidas cortas o bien carreras en las que haya asiduos avituallamientos o puntos de agua.

Aunque Salomon en esta mochila ha ideado un novedoso sistema para poder doblar esa cantidad de líquido. En su parte trasera inferior tenemos un compartimento horizontal, con abertura por ambos lados, en los que se puede alojar un soft flask de 500 ml. Este bidón no se entrega con la Salomon S-Lab Pulsar 3, aunque sí lo comercializa Salomon. También se puede utilizar un bidón de cualquier otra marca, siempre que por su forma tenga cabida dentro del espacio indicado.

La idea funciona. Tanto el acceso como la estabilidad dentro de ese bolsillo dorsal es fantástica, por lo que se puede utilizar siempre (si es necesario) y no como algo puntual. Muy buena idea para poder cargar hasta un litro de agua en una mochila pequeña, quedando además el peso bien repartido.

Compartimentos y extras

"Pocos pero bien repartidos."

Compartimentos y extras

"Pocos pero bien repartidos."

Como su nombre indica, la capacidad de la Salomon S-Lab Pulsar 3 ronda los 3 litros, a repartir en siete compartimentos. Sin contar los dos que hay para guardar los soft flasks, quedan distribuidos en tres delanteros y dos traseros, siempre a la altura del tórax.

Los dos tirantes son casi simétricos, cubriendo desde el hombro hasta debajo de la axila en cada lado. El bolsillo del bidón se superpone al compartimento delantero principal, que gana mucho espacio hacia el lateral (cubriendo casi toda la zona de las costillas). Estos compartimentos, uno en cada lado, han sido el lugar ideal en el que guardar todo aquello que seguro se iba a necesitar en carrera o que íbamos a utilizar en varias ocasiones. Nos referimos a nutrición (barritas, geles, pastillas de sales…), al igual que complementos de ropa (guantes, manguitos, tubular, gorro…).

Su buena capacidad y versatilidad hace de estos dos bolsillos idénticos el espacio de carga principal de la mochila. Tienen su entrada en la parte superior, que es grande y en forma diagonal, por lo que se accede bien con ambos brazos (siempre sin quitarnos la mochila). No tienen ningún cierre (tipo cremallera o velcro), aunque el ribete sí que está perfilado con una tira de un material plástico tipo silicona, nada deslizante.

En el tirante derecho, además, encontramos en su parte central externa el único bolsillo que no tiene pareja. Al cerrar mediante una cremallera vertical, es un buen espacio para guardar aquello que no se quiera perder bajo ningún concepto. Bien sean unas llaves o un teléfono móvil, el tamaño ha sido más que suficiente para eso. Aunque tenemos que advertir que no tiene ningún tipo de protección, no hay más que el tejido elástico; por lo que hay que tener cuidado en los días de lluvia.

En la parte dorsal de la Salomon S-Lab Pulsar 3 encontramos dos bolsillos bien diferenciados. El superior, cercano a la nuca del corredor, tiene el diseño y capacidad ideal para un cortavientos o, a lo más, un impermeable que sea muy ligero. Este bolsillo queda separado del inferior por unos 7 cm de un tejido muy transpirable que cubre la parte central de la espalda.

Debajo está el compartimento horizontal ya mencionado en el apartado dedicado a la hidratación, pues es ideal para albergar un soft flask de 500 ml. Se trata de un espacio en el que, cuando hemos renunciado a cargar más agua que la disponible en la parte delantera del chaleco, hemos podido meter una chaqueta o cualquier prenda de mayor tamaño (por ejemplo, una camiseta térmica) que la portada en los dos bolsillos delanteros. Con acceso por los dos lados, queda igual de bien para un diestro que un zurdo.

Lo mejor de estos dos compartimentos traseros es que podemos acceder a ellos sin quitarnos la mochila, ni tener que ser un contorsionista. No es nada habitual encontrar mochilas en las que el corredor pueda disponer de todo lo que carga de forma tan fácil y rápida. Se nota que estamos ante un producto S-Lab de Salomon, muy pensado para ganar hasta el último segundo en carrera.

Debemos añadir que, como extras, encontramos un pequeño (pero eficiente) silbato en el bolsillo delantero derecho principal, y también cuatro gomas elásticas pensadas para sujetar unos bastones, utilizando para ello los pequeños enganches que hay en la parte frontal.

Si bien en su página web Salomon tiene un video en el que se muestra cómo utilizar esas gomas, el modelo de mochila que sale no es el nuestro (al menos en el video que hay en el momento de hacer esta review, en diciembre de 2023). Aquí disponemos de menos opciones, y hemos probado mil maneras posibles de utilizar los enganches de la Salomon S-Lab Pulsar 3. Nuestra conclusión es que el mejor (por no decir único) sistema para fijar bastones es en la parte frontal, uno en cada tirante. Aunque quedan bien sujetos (al tensar las gomas que hacen de brida), se superponen a los bolsillos que hemos comentado, dificultando el acceso a los mismos.

Otra forma para llevar bastones es adquirir el carcaj Custom Quiver de Salomon (vendido por separado) que es compatible con esta mochila, ya que tiene los puntos de enganche necesarios para sujetarlo en la parte trasera de la misma.

En carrera

"Accesibilidad total en carrera."

En carrera

"Accesibilidad total en carrera."

Cuando uno se pone la mochila se nota enseguida su buen fit, transmitiendo un tacto suave y sin ningún elemento rígido. No en vano, Salomon ha elaborado hasta seis tallas distintas de esta S-Lab Pulsar 3, con lo que es fácil encontrar el tamaño ideal para cada uno. Además, el diseño SensiFit logra una combinación de ajuste y libertad de movimientos muy bueno, gracias también a la ligera elasticidad de un tejido realmente agradable.  Si recordamos que tiene un peso de solo 90 gramos, se entiende mejor la ligereza de esta mochila. 

La fijación al tronco del corredor se efectúa a través del sistema Quick link, consistente en una correa elástica con dos puntos de enganche a nuestra izquierda, haciendo la goma un zigzag en la zona del esternón. Puede variarse la altura de esos dos puntos de sujeción, ya que hay hasta diez tiras en las que graduarla. Además, una vez sujeta la correa se puede variar su tensión, mediante un cierre que regula la longitud de la goma. Ha resultado interesante esta última posibilidad, para apretar o soltar la mochila al cuerpo en ciertos momentos (para evitar todo rebote, o aumentar el diámetro y respirar mejor) en carrera. Es importante destacar lo fácil y rápido que es hacerlo, incluso con una sola mano es posible, para no perder un segundo sobre la marcha… Otro detalle digno de la gama S-Lab.

Las sensaciones referentes al tacto, ajuste y comodidad de la Salomon S-Lab Pulsar 3 en carrera siempre han sido muy buenas. Nada que objetar. Sin rozaduras, sin pérdida de estabilidad, sin molestias al acabar. No ha limitado ninguno de nuestros movimientos, sin necesidad de adaptarnos a ella, pues desde el primer día hemos corrido de forma cómoda y nada forzada por llevarla encima. Es lo más parecido a correr sin mochila, pero llevando una.

Hay que volver a destacar lo de la accesibilidad a todo el material que cargamos. Sea en la parte delantera como en la espalda, no es necesario quitarse nunca la mochila para ello. Cuando otros tienen que pararse del todo, lo más que hemos tenido que hacer nosotros es bajar el ritmo de carrera unos pasos, hasta sacar algo, especialmente de los bolsillos traseros. Lo único que hemos echado en falta es algún bolsillo pequeño, para algo puntual, que no quede perdido en el fondo de los compartimentos más grandes y tengamos que rebuscar con la mano hasta dar con las malditas pastillas de sales, por ejemplo.

Lo que sí ha hecho variar las sensaciones en carrera ha sido el nivel de carga. Hay que tener presente que la Salomon S-Lab Pulsar 3 es la mochila más pequeña del fabricante, y que está pensada como complemento para carreras rápidas, en las que portar lo mínimo necesario. No nos dejemos llevar por la elasticidad del tejido de los compartimentos para apurarlos, y menos con cosas pesadas. Por poder se puede cargar, por ejemplo, gran cantidad de barritas, un frontal (de cierto tamaño) y exceso de ropa, pero no es la idea. Correr así nos ha hecho sentir algo abrumados, al margen de que estaremos forzando el tejido y comprometeremos su durabilidad.

Para hacernos una idea, tras diferentes pruebas consideramos como carga ideal máxima, por ejemplo: Cuatro o cinco geles, pastillas de sales, un tubular y guantes finos, teléfono móvil, un cortavientos y el bidón complementario de 500 ml detrás (además de los dos de 250 ml obviamente). Con todo esto (o algo similar), y bien repartido entre los diferentes compartimentos, vale lo dicho en cuanto a la comodidad y libertad al correr.

Con un nivel de carga como el descrito, una vez en marcha el rebote ha sido prácticamente imperceptible. Para nada molesto, aunque se lleve un ritmo fuerte, digno de competición para carreras cortas (digamos que por debajo de las dos horas). No ha saltado nada fuera de la mochila, aunque la carga del bolsillo inferior trasero (el del bidón extra) a veces daba esa sensación. Es cierto que nunca se nos ha salido en carrera, pero al sacarnos la mochila al acabar, en ocasiones, se ha caído al suelo el soft flask de 500 ml.

La elasticidad del tejido de los compartimentos no es precisamente excesiva, y las oberturas no tienen más que un pequeño ribete. Todo muy ligero y agradable, pero si queremos llevar algo más de peso (o evitar lo dicho para el bidón grande), ayudaría a ganar en seguridad un textil más firme o que mantenga mayor tensión, y así presionar un poco más la carga en el interior. Es el difícil equilibro entre presión o sujeción y sensación de libertad.

En cuanto a correr con bastones, con el sistema de gomas que se entrega con la mochila, hay que destacar que han quedado en la parte delantera (puestos en vertical uno en cada lado) bien fijados, pudiendo correr con ellos sin molestar al braceo. El problema ha sido que limitan mucho el acceso tanto a los soft flasks delanteros como a los otros compartimentos frontales, quedando justo delante de ellos. Por otro lado, el sacarlos y volverlos a guardar no ha sido tan rápido como la disposición de la carga de los bolsillos, aunque en todo caso se ha podido hacer sin necesidad de quitarnos la mochila en carrera.

Un último aspecto a mencionar es la buena transpirabilidad del conjunto de la Salomon S-Lab Pulsar 3. Podemos apreciar diferentes tipos de tejido, según cada parte de la mochila, pero la evacuación del sudor ha sido muy buena. Se humedece, sin empaparse, aunque eso ha implicado que lo que hemos cargado también haya notado nuestro sudor. Recomendamos guardar en bolsitas de plástico aquello que no queremos que se moje bajo ningún concepto.

Resistencia / durabilidad

"Calidad para durar varias temporadas"

Resistencia / durabilidad

"Calidad para durar varias temporadas"

El suave y agradable tacto de la Salomon S-Lab Pulsar 3 puede darle una apariencia delicada, aunque no tiene por qué ser así. De hecho, la resistencia mostrada tras varias semanas de uso intensivo ha sido más que aceptable. Sigue bien entera y sin que apreciemos signos de desgaste o inminente rotura en ningún punto. Tenemos mochila para varias temporadas.

Los buenos acabados (ribetes y costuras), la calidad del tejido y de los componentes, como gomas, cierres y cremallera, han superado todas nuestras pruebas sin sufrir ni hacer perder las cualidades de la mochila. Sigue ajustándose perfectamente al cuerpo, la tensión de las gomas es excelente, la cremallera YKK corre como el primer día y el tejido no ha perdido su elasticidad (que nunca ha sido de gran tensión).

También es reseñable que se ha podido utilizar en diversas salidas sin necesidad de tener que lavarla. Gracias a su buena transpirabilidad, la Salomon S-Lab Pulsar 3 no ha acumulado malos olores, ni tampoco ha mostrado manchas de sudor. Así que si conseguimos reducir el número de veces que pase por la lavadora, más alargaremos la vida útil de la mochila.

COMPARADOR

Vs.

Autor: Sergio Perbech

Fecha de publicación: 18/12/2023

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