Ahora sí, en nuestros pies, tenemos dos primeras impresiones claras:
1.- Lo poco acolchadas que son en comparación con otras de trail que hemos usado (de hecho, podrían pasar por unas zapatillas casual). El caso es que no son nada incómodas, pero tampoco son blanditas.
2.- Lo anchas que son en la parte media delantera del pie. Provoca la sensación de llevar una talla más grande. Los dedos de los pies campan a sus anchas dentro de la zapatilla, pero no solo hacia la puntera, también hacia los lados. Parece que necesitaremos apretar más los cordones, pero no... el empeine y el talón están bien sujetos. No es tema de apretar la zapatilla, es que tenemos total libertad de movimiento.
Después de estos dos puntos que nos llamaron tanto la atención, pasamos al típico testeo en parado.
¿Son ligeras? En la mano no nos han parecido especialmente ligeras, si las ponemos en la báscula, vemos que están dentro de lo esperado para nuestra talla (279g para 7.5 US). Otras zapatillas con peso similar, sin embargo parecen más ligeras en la mano por lo aparatosas que resultan a la vista. Éstas, al ser tan sencillas y tener una base aparentemente baja, no producen la misma sensación (así funciona nuestro cerebro ;))
¿Son flexibles? nos ponemos de puntillas, forzamos la posición para que se doblen por los metatarsos..., no cuesta demasiado, es un buen punto para las subidas pronunciadas en las que tiramos de puntera.
¿Son estables? intentamos ladear un poco el pie hacia los lados, parece que no vencen fácilmente, esto nos aportará estabilidad cuando más cansados estemos y la pisada ya no sea tan controlada.
¿Se pegan al suelo? La suela es de goma, friccionamos contra suelo de baldosa y se frenan en seguida, habrá que ver luego qué tal sobre el terreno.
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