ResetSport Tibial Stress VS OS2O SpeedLite

El packaging que presenta a los calcetines es muy cuidado y nos sorprende con la frase que leemos en él: “this is not a sock”. En él encontramos toda la información necesaria, algo muy acertado por parte de Resetsport, pues son conscientes que el corredor atraído por esta clase de productos debe tener toda la información al instante, más si el producto en cuestión es nuevo y (por el momento) desconocido. Los Resetsport Tibial Stress son largos, suben hasta quedar a pocos centímetros de las rodillas. Son fáciles de poner. Su parte superior interna lleva una tira de silicona para evitar que se mueva al correr, de este modo la tecnología aplicada al calcetín trabajará en su correcta zona. Al tenerlos puestos notamos una leve compresión que lo fija a nuestras piernas, pero queda lejos de la presión de los productos compresivos. Quedan muy bien en nuestros pies y son fáciles de mover hacia los lados para una perfecta colocación. Nos miramos en el espejo y parece que salgamos del fisio con un generoso taping… ¡hecho calcetín! Nos sentimos sujetos pero no en exceso, parece que los beneficios del Resetsport Tibial Stress se notaran al correr, pues no notamos tensiones en la zona del taping. Su construcción es a base de poliamida en un 91% y de elastano el resto. Su secreto reside en la diferencia entre el punto de las tiras azules y las del negro general (punto mucho más tupido en la zona coloreada), colores por cierto muy acertados que a nosotros nos encantan y que además combinaran con cualquier zapatilla. Resetsport incorpora en el tejido la tecnología Innergy, que será la encargada de devolver parte del calor corporal que desprendemos para, como bien leemos en su web y packaging, vigorizar el cuerpo, mejorar la elasticidad muscular y además… reducir la aplicación de celulitis. A decir verdad la celulitis no nos preocupa, pero si la tecnología Innergy nos ayuda muscularmente, que sea bienvenida. Las costuras son todas interiores, pero el conjunto es tan fino que es imposible notarlas. Con los calcetines puestos y un test por hacer, no podemos más que calzarnos unas zapatillas y salir al trote. ¡A correr!

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