POWERGEL ORIGINAL

El contenido se mantiene intacto pero el continente (envase) ha variado completamente, pasando de ser un envase ancho, bajito y con rebordes a ser alargado, más estrecho y sin rebordes laterales.
Las dimensiones son de 4’5 cm. de ancho, 10’5 cm. de alto (+3’5 cm. de tirador) y el grosor está alrededor de 1 cm. Es decir, se le han reducido un par de centímetros de ancho pero son los que ha ganado de alto con lo que, lo comido por lo servido en cuanto a dimensiones y será cosa de que a cada uno le guste más un formato y otro. No obstante, parece que es más fácil amoldar a los bolsillos de mochilas, camisetas, pantalones, etc. a envases estrechitos y altos que a bajitos y anchos.
Es relativamente voluminoso pero es porque dentro del envase hay 41 gramos de producto. Podemos llegar a plegarlo hasta dejarlo en un “cubo rectangular” de unos 4 x 7 x 1,5 centímetros que, aunque queda mucho más prieto, permite aprovechar mejor bien los bolsillos que tengamos a nuestra disposición. No obstante, si hacemos esto, hay que tener cuidado, no vaya a ser que por apretarlo más de la cuenta, lo reventemos antes de tiempo (con estos no nos ha pasado, pero sí con alguno de los del formato anterior y la que se prepara es buena, dejándolo todo pegajoso y pringoso).
Lo que no hemos entendido nunca es cuál es la funcionalidad de la “biblia” que llevan adherida al dorso, con un papel kilométrico con los ingredientes, composición y forma de uso en infinidad de idiomas. Es la única marca que lo hace y no le vemos ningún sentido ya que ese papel no hace sino estorbar y es perfectamente sustituible por una pequeña tabla nutricional, ingredientes y forma de uso en inglés (el que quiera más información, que la busque en la página web local de PowerBar).

Si alguien nos coge por sorpresa y, como en el juego que muchos recordamos de nuestra infancia, nos estruja un pezón a la vez que nos suelta lo de “dime tres marcas de productos de nutrición deportiva”, seguramente nos oirá nombrar a PowerBar.
La marca americana, fundada por un canadiense en 1986 ha conseguido convertirse en apenas dos décadas en una de las mayores referencias internacionales en el mundillo de la nutrición deportiva. Está presente en infinidad de puntos de venta de varios países así como también colabora con muchas pruebas de diversas disciplinas deportivas.
Algunos de sus productos han llegado a convertirse casi en un “estándar de facto” y cuesta encontrar a alguien que lleve un mínimo tiempo en el deporte y no haya probado algo de PowerBar.
Uno de los productos que han conseguido posicionar casi como “objeto de culto” son los PowerGel de los que más de uno debe haber consumido “cienes y cienes” a lo largo de su carrera deportiva... y los que seguramente consumirán porque hay auténticos adictos a ellos.
Han sufrido ligeras variaciones en su composición, nuevos sabores, etc, pero el diseño del envase se ha mantenido intacto durante muchos años. Sin embargo, coincidiendo con la introducción de la nueva gama de PowerGel Hydro, han aprovechado para modernizar el envase de los PowerGel Original, haciéndolos más cómodos y usables, como vamos a ir viendo durante esta prueba a fondo.

A nuestro juicio, con este cambio de envase, la toma del gel ha mejorado y empeorado a la vez.
Ha mejorado porque se agarra mejor, al no tener rebordes laterales puedes morderlo sin riesgo de cortarte en la comisura de los labios, tiene un tirador grande con una pequeña solapa, etc.
Sin embargo, la nueva forma de apertura (Clean Usage Technology) no nos ha gustado y, al igual que nos ha pasado con el Hydro, no termina de funcionarnos correctamente ya que no siempre se llega a romper o, en muchas ocasiones, queda una abertura muy chiquinina por la que a penas sale gel.
Si tienes tiempo para tomarlo o lo quieres ir dosificando puede estar bien pero si te ves en un apretón y te toca enchufarte el gel a toda pastilla (p. ej. aprovechando una bajada), es mucho mejor que se pueda disponer de un agujero generoso por el que pueda salir el gel con apenas un par de estrujamientos del envase (ya nos encargaremos nosotros de ir tragándolo poco a poco).
Se puede aprovechar fácilmente todo el envase ya que se puede doblar a la mitad o enrollar y lo dejamos prácticamente a cero aunque tampoco pasaría nada por darle únicamente un único apretón y quedarnos con lo que salga. Comentamos esto porque nos parece que los 41 gramos que contiene en su interior y que da para 24 gramos de hidratos de carbono puede ser un poco más alto de lo que parece que se ha adoptado como cantidad asimilable de una tacada, que se mueve en el rango de loa 16-20 gramos de HCs.
El contenido tiene la misma textura de siempre, relativamente pastosillo, lo que hace imprescindible dar el sorbo o sorbos de agua posteriores para poder tragarlo correctamente. Serían necesarios igualmente para poder asimilarlo pero hay otros geles que son más líquidos y que, en caso de aprieto puedes tragar y dejar para unos metros más tarde el beber líquido mientras que, con el PowerGel, o bebes o se te puede quedar atascado en el esófago.
Para los que sean golosones y para actividades en las que no se va a toda pastilla, esta textura puede ser muy buena pero si hablamos de pruebas en las que hace mucho calor, vamos con la boca seca o, simplemente, vamos que casi no podemos ni respirar, puede ser un punto en contra (de ahí que muchos los disuelvan en los botellines que llevan en la mochila o cinturón de hidratación).
Los sabores se mantienen tal cual: manzana verde o grosellas en las versiones con cafeína y lima limón, fresa-banana, tropical, vainilla en las de sin cafeína. Todos ellos son sabores bastante conseguidos y ofrecen un ramillete que satisface a todos ya que hay un poco de todo, desde sabores dulzones a ligeramente ácidos.

Salvo por el tema de la cafeína, la composición nutricional es muy similar en todos los sabores. Analizando la del de manzana verde que hemos utilizado para esta prueba, vemos que cada gel entrega unas 107 kcal que provienen básicamente de 26’7 gramos de hidratos de carbono, 9’8 de los cuales son azúcares (un 30% aprox.).
Como bonus, lleva 50 mg de cafeína y 210 mg de sodio por lo que ayuda a la reposición de sales minerales (hay que tenerlo en cuenta a la hora de seleccionar las bebidas isotónicas o energéticas que vayamos a usar) y da un puntito extra gracias a la presencia de la cafeína.
PowerBar denomina a su mezcla de hidratos de carbono C2MAX y no es sino un cóctel de HCs basado en glucosa y fructosa para que sea de rápida asimilación, con con ligeras diferencias en cuanto a la fuente y la velocidad para que se complementen entre sí. Lo curioso es que en la ficha de ingredientes figura maltodextrina que también sería una fuente de rápida asimilación aunque diferente a su vez de las otras dos primeras. Lo que nos llama la atención es que aún no hayan decidido dar el salto a las amilopectinas, bien en su gel Original o en alguno nuevo, ya que es un hidrato de carbono que está demostrando grandes ventajas respecto a los anteriormente mencionados (vaciado gástrico más rápido, mejor asimilación, etc.).
A pesar de estar compuesto de hidratos de carbono de rápida asimilación, no es un gel de los que pegan un efecto subidón bestial capaz de resucitar a un muerto apajarado. Son claramente para tomarlos durante la actividad física y sus efectos empiezan a notarse más bien pasados los 10-15 minutos y de manera bastante progresiva.
Por lo tanto, salvo por lo comentado de la necesidad de tomarlos con un poco de calma (pudiendo al menos respirar), son muy útiles de cara a utilizarlos como recurso energético tanto en entrenamientos como, sobre todo, en competiciones.
Además, al tener tantos sabores donde elegir, podemos seleccionar no sólo lo que más nos guste por el sabor, sino lo que menos cansancio nos produzca en el caso de que vayamos a tomar varios durante una misma tirada.
En este punto, nos gustaría hacer dos recomendaciones: 1.- para minimizar el riesgo de hartarnos de un mismo sabor durante una prueba de larga duración, podemos combinar los sabores, pasando de dulzones como el de vainilla a ligeramente ácidos como el de manzana verde y 2.- es bueno que identifiquemos cuáles son los que mejor nos sientan al estómago, no sólo a la hora de tragarlos y digerirlos sino también en el caso de que tengamos uno de esos típicos reflujos.

El PowerGel es un clásico en el mundillo de la nutrición deportiva así que PowerBar realiza modificaciones sobre él muy poco a poco para no arriesgarse a dar un mal paso y perder esa aura de semi endiosamiento que tiene.
Con la creación de la versión Hydro y el cambio de formato del envase del PowerGel Original han acercado el producto al running y trail running, segmentos en los que, a pesar de tener una buena cuota de mercado, no están tan bien posicionados como lo están en el triatlón o el ciclismo.
El cambio ha sido claramente a mejor ya que se portean más fácilmente, se adaptan mejor a los bolsillos de mochilas, pantalones y camisetas, se toman con más facilidad, etc.
Sin embargo, a nuestro juicio, le falta darle alguna que otra vuelta de tuerca, algunas fáciles como lo de modificar el sistema de apertura y, otras, algo más complejas como la de actualizarle la fórmula del gel.
La fórmula quizá debería ser revisada y actualizada porque las fuentes de energía han avanzado mucho y ellos se han quedado un poco estancados en el pasado. Está claro que funciona, sino, no tendría tanto éxito y muchos lo valoran precisamente por esa fiabilidad contrastada, pero deberían plantearse incluir otras fuentes de energía o, al menos, rejuvenecerla de algún modo, ya que llevan con la misma canción durante años y algún día puede llegar a pasarle factura, sobre todo ahora que la competencia en temas de nutrición deportiva ha crecido tanto.