Desde que las vi en New Balance solo deseaba calzármelas, y por fin llegó ese momento. Amigas, no me falléis, pensé justo antes de meter el pie dentro.
Mi pie entró fácil, aunque tuve que peinar la lengüeta para que quedara bien puesta en su sitio. Tenía en los pies nada menos que las New Balance Leadville v3, ¡guau! Pronto vinieron a mi mente momentos vividos en la Ultra Trail du Mont Blanc con ellas; que momentos...
De vuelta en la tierra, tras las primeras carreras por el pasillo de casa, y las consecuentes broncas familiares, me sorprendió positivamente de esta versión 3 su media suela; la noté especialmente cómoda en el talón, amortiguada, blandita. En la parte delantera era algo más dura, pero bien. Bastante espacio en la zona delantera y un buen ajuste detrás, a priori. En la parte negativa, a primera vista a estas New Balance Leadville v3 les faltaban un punto de acolchados, un poco más de confortabilidad para una zapatilla con la que debería pasar muchos kilómetros seguidos con mi pie dentro.
Después de examinar la zapatilla durante unos 30 minutos, carreras por el pasillo, hincar el diente en la media suela, flexarla, mirar costuras, despiezarla, etc... mi mujer me miraba con cara de Tómate la pastilla. ¿Cómo podía explicarle que aquel momento era orgásmico?
Sopesamos estas zapatillas en nuestras manos a sabiendas de que éstas no son un ultraligero, sino más bien un tanque de guerra aligerado. Nos sorprende porque no pesan tanto como aparentan, ojo, no son súper ligeras pero tampoco se sienten excesivamente pesadas, hablamos 346 g en talla 9 US.
Puestas en los pies y dando nuestros primeros pasos y saltos con ellas, podemos percibir los perfiles relativamente altos así como la caída del pie hacia delante, aunque no excesivamente acusada. Además podemos notar como se adapta muy bien al pie, parece que hay espacio suficiente para mover los dedos y resulta cómoda desde el primer momento. Vamos por buen camino.