MORPHLITE

Merrell Morphlite, terrenos fáciles.

Merrell Morphlite, en parques.

Merrell Morphlite.

Merrell Morphlite, pequeña bolsa.

PROS:

- Estabilidad.

- Muy cómodas y ligeras.

- La flexibilidad permite adaptarse al terreno.

- Gestión de olores impecable.


CONTRAS:

 - Durabilidad de la suela.

- Pequeña bolsa que se forma en el upper, a la altura del inicio de la cordonera; no molesta, pero estéticamente no queda demasiado bien.

Merrell Morphlite, para door-to-trail.

Merrell Morphlite, flexibles.

Merrell Morphlite, ligeras.

Merrell Morphlite, en asfalto.

Merrell Morphlite, la nueva zapatilla de la marca norteamericana que viene a cubrir un nicho vacío hasta ahora en su catálogo: el del door-to-trail (road-to-trail, como ellos dicen).

Estamos ante un calzado que a pesar de su precio ofrece unas prestaciones a la altura de la reputación de la marca, que últimamente está haciendo cosas realmente interesantes.

Ideadas principalmente para aquellos entrenos en los que salimos directamente de casa hasta la montaña, simultaneando superficies duras y blandas; pero eso sí, siempre hablando en términos de terrenos fáciles y simples, con pocos obstáculos, como los senderos limpios y parques urbanos. En este sentido, la zapatilla se muestra muy polivalente, ya que ofrece buenas prestaciones (sin ser excelentes), en ambos mundos (el asfalto y los senderos fáciles).

En zonas más técnicas o complicadas, se echa en falta mayor tracción de la suela y algo más de sujeción del pie, aunque nada objetamos puesto que la marca ya indica claramente cuál es su objetivo (que lo cumple con creces).

Ideales para corredores que empiezan en el Trail Running o que realicen sus salidas combinando las superficies comentadas, donde no se requiere una técnica de carrera depurada.

Sorprende su gran estabilidad (gracias a la media suela sobredimensionada en todo el perímetro), que brinda un extra de garantía cuando abrimos gas, además de permitir una pisada limpia, precisa y sin interferencias de correctores (pisamos donde nosotros queremos, y no donde ella decide).

La amortiguación es más que suficiente para su objetivo, aunque nosotros hemos hecho salidas de hasta 30 km con unas sensaciones muy buenas. Dependerá de peso y estilo de corredor, pero la podemos situar entre la corta y media distancia.

La cara menos agradable es que mientras el upper se encuentra perfecto, la suela ha sufrido más de la cuenta, con un desgaste evidente que nos ha obligado a acabar las pruebas antes de tiempo.

Merrell Morphlite, para ritmos no muy altos.

Merrell Morphlite, estables.

Merrell Morphlite, hasta peso medio.

Merrell Morphlite, suela propia.

La marca indica que están “diseñadas para rutas con pocos obstáculos y poca o nada de tierra”; a ver, creemos que para algo más que esto sirven, pero en esencia las sitúa para terrenos verdaderamente fáciles con muy pocos obstáculos. Y ahí estamos de acuerdo, por lo que estamos hablando de un corredor que quiera introducirse en el mundo del Trail Running, para aquellos que la mayoría de sus entrenos lo sean en parques, o, idealmente, para los que salen de casa pisando suelo urbano hasta la montaña (siempre hablando de terrenos simples). Dentro de esta categoría, el corredor se encontrará con un calzado más bien minimalista, con un upper que básicamente no tiene otra función que la de tapar el pie, por que no va a otorgar soporte alguno; de hecho, no hay nervios adosados que hagan ninguna función especial.

Serán muy cómodas si se entra de talón, ya que suela y media suela están sobredimensionadas para brindar un buen aterrizaje en este sentido, especialmente en aquellas bajadas que tengamos que entrar sí o sí de talón. Pero es que, además, esta sobredimensión es también exagerada en la parte delantera, lo que nos confiere una estabilidad realmente alta.

Otra de las sensaciones que obtenemos con estas zapatillas es la de ir sintiendo el terreno que vamos pisando con mucha nitidez, especialmente en la parte delantera, donde el grosor de la media suela disminuye en relación a la trasera, con lo que deberemos ir alerta por si pisamos alguna piedrecilla puntiaguda, ya que la vamos a sentir en todo su esplendor.

La puntera tiene un revestimiento interior de un tejido más duro que el del upper, y que protege de “pequeños” choques contra los elementos; pero si chocamos con fuerza con algo, la protección se muestra algo ineficaz.

Tiene un diseño asfaltero notable y limpio, sin nervios en el upper y bastante sobrio, pero que a nosotros, en modelo blanco –hay que decir que traen un juego de cordones también  blancos-, nos ha gustado mucho.

En definitiva, un calzado para corredores que entrenen a ritmos suaves y que suelan salir un par de veces a la semana.

Merrell Morphlite, hasta media distancia.

Merrell Morphlite, pisada libre.

Merrell Morphlite, tracción correcta.

Merrell Morphlite.

El volumen de kilómetros en nuestras salidas con las Merrell Morphlite variará en función de quién las lleve; nosotros hemos llegado a los 30 kms hasta en dos ocasiones (83 kg quien suscribe), y la verdad es que volvimos casa con sensaciones muy buenas, de comodidad y de comportamiento en general. Y ello a pesar de sus datos: 20mm/26,5mm, que la dejan en un perfil medio (y un drop de 6,5mm, algo bastante inusual, de momento). Pero es que la goma que utiliza (FloatPro™), la hace apta hasta este tipo de distancias, mostrando en todo momento una amortiguación constante (que no se va comprimiendo por el paso de los kilómetros), y realmente cómoda. La sensación es de ir a ras de suelo y sentir en todo momento la superficie que estamos pisando (aunque en muchos momentos hemos echado en falta alguna placa protectora contra las piedras), pero no siendo ningún suplicio correr con ellas.

Todo el conjunto es muy flexible y ligero, y si tenemos que hablar de algo parecido a algún soporte, podría ser la estructura del talón, que es lo más rígido que encontramos en el calzado. No obstante, permite una pisada muy natural sin casi impedimentos correctores o resistencias que dirijan la transición; en este sentido, nos brinda plena libertad parta pisar (con lo que mejor tengamos mínima técnica de carrera).

El espacio para los dedos es muy amplio y permite que éstos vayan muy cómodos en su interior. Nada de agobios en este sentido.

Por contra, en cuanto a dinámica se refiere, al ser una estructura tan flexible, no tenemos nada que ayude en el despegue de la pisada, ni ningún tipo de propulsión... con lo que seremos nosotros los que deberemos imprimirle la potencia necesaria. Ahora bien, la zapatilla responde muy bien a las órdenes que enviamos, en cuanto a precisión de pisada, ya que pisamos donde y cómo queremos, y no dónde ella manda.

Si visualmente se aprecian unos acabados muy buenos (sobre todo, si tenemos en cuenta su precio), no lo son menos cuando las llevamos puestas. Media suela bien enganchada al upper, cordones impecables, una lengüeta que no se mueve lo más mínimo –gracias al calcetín interior-, y un interior muy cómodo y agradable. En definitiva, un producto a la altura de la reputación de la marca.

Merrell Morphlite, buena adherencia.

Merrell Morphlite.

Merrell Morphlite.

Merrell Morphlite.

La suela de las Merrell Morphlite es propia de la marca, con tacos de 3mm (los exteriores), y 2mm (los centrales), pero muy vaciada en general, con la intención de ganar en ligereza y flexibilidad, y la verdad es que lo consigue ya que se dobla sin casi resistencia.

La tracción es la justa para combinar superficies de montaña muy simples o poco técnicos y asfalto. La casa las clasifica como Road-to-Trail, es decir, preparadas para salir corriendo directamente de casa (por donde se supone pasaremos por zonas urbanas), hasta llegar a la montaña, bosque, campo o similar (como por ejemplo, los parques urbanos). En cualquier caso, siempre hablamos de terrenos muy fáciles, alejados de la tecnicidad.

Así, en zonas planas de tierra, caminos de carros, con pequeñas piedras o senderos muy marcados, la tracción será más que correcta para afrontarlos con garantía; pero quizá en subidas o bajadas con tierra suelta, o situaciones similares, es en donde nos damos cuenta de que la zapatilla es un híbrido entre el “road” y el “trail”, con lo que no sobresale en un ninguna de las dos áreas.

La protección que cubre la punta de los dedos se ha mostrado muy eficiente en todas las salidas, amortiguando el choque contra pequeñas piedras o salientes, pero no así cuando el camino se convertía en más difícil y los obstáculos con los que podíamos chocar eran más grandes o afilados.

Fuera de estos terrenos compactos y secos, y ya en situaciones más técnicas, la tracción trabaja con menor rendimiento, puesto que la longitud de los tacos y la predisposición de éstos en la suela no es la idónea para ir con seguridad (que, por otra parte, no es un objetivo que el calzado persiga).

Después de la primera salida ya nos dimos cuenta que teníamos que pasar el cordón por el último ojal, ya que de la otra manera sentíamos el collar del talón, además del empeine, bastante suelto. Bien ajustada, obtenemos mayor tracción al suelo, ya que el pie ya no se mueve dentro del calzado y conseguimos más precisión en la pisada.

La malla del upper, construida en jacquard, es altamente transpirable. En ningún momento da la sensación de agobio o calentamiento del pie, lo que es de agradecer en épocas de calor (que visto el tiempo actual, será todo el año...).

Si se mojan, el líquido entra rápidamente en el interior, sobre todo la zona delantera del upper; pero la parte trasera de la zapatilla costará más que llegue a empaparse dada el material cerrado con la que está construida. El tiempo de secado variará en función de la zona delantera (secado bastante rápido), o trasera (algo más lento, si es que ha llegado a mojarse).

Merrell Morphlite, estado upper.

Merrell Morphlite, casi sin señas de desgaste.

Merrell Morphlite, desgaste de la suela.

Merrell Morphlite, desgaste de la suela.

En este apartado tenemos dos caras: la cara “A”, es que el upper sigue prácticamente igual que al inicio de las pruebas. No hay ninguna señal que denote el más mínimo roce ni rotura, especialmente en la zona de flexión donde no se aprecia desgaste. Igualmente, ocurre con los cordones y collar, donde no hay signo de ningún tipo. La cara “B” mala, es la suela. De hecho, finalizamos las pruebas antes de tiempo, en los 185km, puesto que el desgaste sufrido ha sido bastante evidente, provocando además una buena caída cuando llevábamos 165km por falta de tracción en una pequeña bajada de tierra. Especialmente gastados están los tacos situados en la zona central de la suela, tal y como se aprecia en las fotografías. En la media suela se observan grietas de compactación y roces provocados por el choque contra piedras o pequeñas rocas, aunque ello no merme las cualidades de la goma a la hora de correr. Nos da rabia estos casos en que la diferencia entre estas dos partes es muy grande (suela y upper), puesto que podríamos estirar mucho más el uso del calzado si por el upper fuera, pero estando muy limitados por el estado de la suela. Creemos que este tema es fácilmente mejorable por la marca.