Inov-8 Roclite 290 VS Inov-8 X-Claw 275

Las Inov-8 Roclite 290 son una zapatilla bastante cómoda. Es más, se podría decir que hasta más cómoda que lo que aparenta con su aspecto ligero. No se trata de una zapatilla con gran cantidad de acolchados, pero tiene justo lo que se necesita, y se necesita justo lo que tiene.
A pesar de ser una zapatilla ligera, una vez puestas se puede apreciar que las Inov-8 Roclite 290 no son una zapatilla que podríamos denominar “voladora”. ¡Cuidado! No engañan a nadie, su mismo nombre indica que pesan 290gr (295gr en mi báscula), pero hoy en día podemos encontrar zapatillas “ultreras”, con más acolchados con el mismo peso, y zapatillas de trail rápidas alrededor de los 230gr. Seguramente el hecho que estén pensadas para media y largas distancias ha hecho que se tenga que añadir peso en la media suela.
Así que, sí, es una zapatilla más ligera que la media, pero las Inov-8 Roclite 290 no son un peso pluma.
A pesar de todo, las primeras sensaciones al correr, es que las Inov-8 Roclite 290 son unas zapatillas que permiten correr rápido. Además de su peso medio-ligero su poco drop permite correr más de metatarso que de talón. Facilitando así el impulso durante la carrera.

Las primeras sensaciones al calzarse las Inov-8 X-Claw 275 son relativamente extrañas si uno no está acostumbrado al calzado de esta marca. La parte trasera de las zapatillas es muy baja y deja buena parte del tendón de Aquiles y todo el tobillo al descubierto. Tratándose de un calzado bastante robusto, da un poco la sensación de llevar un peso excesivo para tan poca superficie de agarre, como si la zapatilla quisiera escaparse. Además, el tupido nailon con el que están confeccionadas y los refuerzos de goma dura no nos transmiten una sensación de comodidad demasiado efectiva, temiendo que al correr algunas horas con ellas aparezcan problemas de rozaduras o ampollas. Si a ello se une que los tacos son verdaderamente prominentes, que transmiten esa sensación de ir montado sobre ellos, podemos concluir que el primer contacto con las X-Claw 275 es poco esperanzador. Pues bien: olvidaros de todas estas dudas. Hemos estado probando estas zapatillas durante un par de meses de modo intensivo y estas sensaciones poco halagüeñas han ido desapareciendo poco a poco hasta convertirse en fortalezas. La sensación de extrañeza desaparece en la segunda salida, cuando uno percibe el atractivo de correr con una zapatilla robusta pero que permite una gran libertad de movimientos y una manera novedosa e interesante de correr por el monte. La contundencia del upper no se traduce en ningún caso en problemas de rozamiento: mediante este extraña variante del proceso de "síndrome de Estocolmo" (mediante el cual te encaprichas de lo que te hace daño), comprobamos encantados cómo el pie se acostumbra a la zapatilla y cómo también la zapatillas se acostumbran al pie para proporcionar un modo de correr en absoluto reñido con la comodidad. Y respecto al agresivo taqueado de las X-Claw, no hace falta decir que en la primera salida bajo la lluvia en terreno embarrado uno le encuentra todo el sentido del mundo.
Cabe decir que el fit de las X-Claw es correcto, ya que la zapatilla se amolda al pie satisfactoriamente. Ello no es fruto de la casualidad, ya que Inov-8 ha incorporado la tecnología Standard Fit para amoldarse a pies de distinta forma. En nuestro caso (pie bastante ancho) el resultado ha sido mejor que bueno.