MOUNTAIN RUNNER EVO 20

GRIVEL

DATOS TÉCNICOS

  • Peso 438 g
  • Precio 112,00 €
  • Temporada SS22

GALERÍA


CONCLUSIONES

Pros & Contras

PROS:

1. Capacidad: 20 litros son muchos litros.

2. Robustez, que se traduce en una gran resistencia.

3. Comodidad a muy largo plazo.


CONTRAS:

1. Accesibilidad a la carga en carrera.

2. Hidratación: No apta para bidones blandos.

3. Falta de protección ante las inclemencias meteorológicas.

Conclusión

"Mochila montañera venida al trail."

La Grivel Mountain Runner Evo 20 es una mochila clásica de montaña venida al trail running. La encontramos a medio camino entre ambos tipos de actividad, con características compartidas. Por un lado, es una mochila de grandes números: 20 litros de capacidad, peso de 550 gramos y 18 compartimentos… En el trail running ya se considera buena capacidad unos 12 litros, con pesos que rondan los 250-300 gramos.

Capacidad considerable que la hace candidata perfecta para salidas muy largas, como serían las carreras por etapas o que pueden durar varios días non-stop. Como ejemplo, el material requerido habitualmente para las pruebas de ultra trail más conocidas ha ocupado solamente la mitad de la Grivel Mountain Runner Evo 20. De ahí que la versatilidad de esta mochila vaya desde un ultra trail clásico hacia salidas más montañeras (pudiendo añadir material como piolets o crampones), en lugar de carreras intensas de menor duración.

Como principal característica de trail running tenemos el diseño tipo chaleco de la Grivel Mountain Runnner Evo 20, lo cual ha aportado mayor sujeción (y menor rebote en carrera) y nos ha permitido llevar hidratación mediante dos bidones rígidos, junto a toda la alimentación, en la parte delantera. Así, teníamos a mano la comida y la bebida, aunque para acceder al resto de material debíamos quitárnosla cada vez.

Pese a tratarse de una mochila con una buena estructura y consistencia hay que destacar la comodidad y resistencia mostrada. No nos referimos al confort nada más ponérnosla o en los primeros kilómetros de marcha, pues no resulta tan destacable como otras mochilas más específicas y con diseños minimalistas, sino cuando llevamos ya un tiempo de carrera. Las prestaciones de la Grivel Mountain Runner Evo 20 deben ser valoradas cuando llevamos ya muchas horas con ella, pues para eso está pensada, y ahí podemos percatarnos de la calidad del producto. El confort y resistencia de larga duración son puntos fuertes de esta mochila, idónea para las actividades que hemos indicado. 

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REVIEW

Sistemas de hidratación

"Mucha agua, pero sin bidones blandos"

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"Mucha agua, pero sin bidones blandos"

Con la Grivel Mountain Runner Evo 20 podemos cargar agua tanto en la parte frontal como en la espalda. Si aprovechamos todas las posibilidades se superan los tres litros sin problema, tal y como veremos.

En cada uno de los tirantes delanteros de la mochila encontramos un compartimento para alojar un bidón. Se ajusta el bolsillo mediante una goma con cierre, y además hay otra que sujeta la boca del bidón. Tanto por capacidad como por diseño, resulta ideal para bidones rígidos de 500 ml, aunque con la compra de la mochila no se entrega ningún sistema de hidratación.

Hemos probado con bidones algo mayores (600ml) y también se puede correr con ellos, aunque sobresalen más y empiezan a parecer algo excesivos. En cuanto a la opción de los bidones blandos (soft flasks), al ser estrechos y alargados no quedan nada ajustados en el interior del bolsillo. Especialmente cuando están llenos, se ha generado un rebote excesivo en carrera pudiendo, además, salirse. Así que, descartaríamos esta última opción, optando siempre por bidones duros.

Por otro lado, en la parte posterior, pegado a la espalda tenemos un enorme bolsillo en el que guardar una bolsa de hidratación, de la capacidad que queramos. Se accede por cremallera lateral (lado derecho) y tiene en su interior un velcro para sujetar la bolsa. En un ángulo superior hay un agujero para poder pasar el tubo, que puede ajustarse al tirante derecho mediante dos pasadores de goma. Así, queda sujeto al cuerpo a la vez que accesible a la boca del corredor en carrera.

La única separación entre la bolsa de hidratación y la espalda del corredor es el tejido de malla, que parece algo acolchada por unos pequeños rombos dibujados sobre ella. Si bien ha facilitado la transpirabilidad por el respaldo de la Grivel Mountain Runner Evo 20, inevitablemente ha traspasado el calor de nuestra espalda a la water bag.

Compartimentos y extras

"Por capacidad no va a ser"

Compartimentos y extras

"Por capacidad no va a ser"

Si ya consideramos mochilas de gran capacidad en trail running las que alcanzan los 12-15 litros, la Grivel Mountain Runner Evo 20 llega nada más y nada menos que a los 20 litros. Toda la carga deberá repartirse entre los 18 compartimentos (incluyendo los de hidratación) de los que disponemos, si bien son de muy variado tamaño pues tenemos grandes espacios en la parte dorsal, así como bolsillos en los que escasamente cabe un gel o similar en los tirantes, sin olvidar las gomas o cordinos que también serán de ayuda.

Lo que vamos a tener más a mano en carrera, y sin necesidad de quitarnos la mochila, queda guardado en los tirantes y en la zona lateral bajo las axilas. Al margen de la hidratación de la que hemos hablado antes, tenemos en cada lado cuatro pequeños bolsillos. Son todos de capacidad parecida, ideales para elementos de nutrición que requieran poco espacio (sales, geles, barritas y similares). Elaborados en una malla ligeramente elástica, no tienen protección alguna del exterior, por lo que no recomendamos guardar nada delicado, quedando expuesto todo lo que llevemos en estos pequeños compartimentos.

En cada lateral tenemos dos bolsillos algo más grandes, uno sobrepuesto al otro, cerrando con cremallera el más interior. En estos espacios puede caber un teléfono móvil (si no es muy grande, mejor que sea inferior a 5 pulgadas) y algo de material tipo tubular, guantes finos o un gorro. Al igual que sucedía con los bolsillos de los tirantes, el tejido es fino y muy transpirable, lo cual implica nula protección respecto al exterior.

Pasando ya a la parte trasera de la mochila, en la que tenemos casi todo el espacio para la carga, encontramos hasta cuatro compartimentos sobrepuestos. Excepto el más exterior, que tiene un velcro, el resto se cierra mediante cremallera (uno por arriba, otro por un lateral y el tercero por una cremallera que recorre el lateral y la parte superior). Si bien todos ocupan la mayor parte de la extensión de la mochila, es el más cercano a la espalda el que debido a su amplitud tiene una cabida enorme, a compartir con la bolsa de hidratación. Para hacernos una idea, solamente en este último compartimento hemos podido guardar todo el material exigido en una ultra trail típica (impermeable, mallas largas, camiseta térmica, guantes, gorro, luz frontal y manta térmica).

Una característica de esta parte dorsal digna de mención es el tejido de uno de los bolsillos intermedios, que es de tacto más plástico ofreciendo una buena protección respecto al resto de la mochila. Aunque desconocemos los índices de impermeabilidad/transpirabilidad, en nuestras pruebas ha resistido el traspaso del agua un buen rato, equivalente a algunas chaquetas impermeables. Por tanto, en este compartimento hay que guardar todo aquello que merezca mayor protección y que resulte vital mantener seco, en caso de lluvia, bien sea ropa de abrigo o elementos tecnológicos.

Por último, en esta descripción no podemos olvidar los cordinos que tenemos en los laterales, dispuestos en zigzag y que pueden tensarse, pudiendo así sujetar unos bastones plegables. También tenemos otra goma en la parte inferior trasera, para sujetar alguna prenda de ropa. Entre todas estas gomas, con imaginación y práctica, se puede cargar también un piolet, casco y prácticamente cualquier otro elemento que se nos ocurra. Eso sí, siempre que no sea delicado y pueda ir a la intemperie.

Con todo lo dicho, os podéis imaginar que las posibilidades de distribución de la carga habitual para una salida al monte son múltiples. En ningún caso la falta de capacidad aquí va a ser un problema, incluso pensando en llevar material para varias jornadas, como las ultras de más de una noche. Eso sí, con tantos espacios conviene estudiar bien en casa cómo repartir la carga, y ser conscientes de la accesibilidad a la misma, que no siempre ha sido fácil, a excepción de los bolsillos de los tirantes.

Como últimos detalles destacables de la Grivel Mountain Runner Evo 20 podemos mencionar que los pasadores para los cordinos laterales son reflectantes, así como el silbato de emergencia que cuelga del tirante derecho de la mochila. 

En carrera

"Ritmos tranquilos durante muchas horas o días"

En carrera

"Ritmos tranquilos durante muchas horas o días"

Antes de salir a la montaña con la Grivel Mountain Runner Evo 20 recomendamos dedicarle un tiempo de estudio. Se trata de una mochila pensada para largas jornadas o, incluso, varias etapas en las que resulta determinante tener claro el lugar en el que hemos guardado cada cosa, así como tener práctica en el acceso a nuestro material, pues el cansancio por la acumulación de horas nos hará ser más torpes de lo que pensamos.

Una cuestión previa a la marcha es el buen ajuste de la mochila a nuestro cuerpo. La Grivel Mountain Runner Evo 20 se comercializa en talla única y para poder personalizarla contamos básicamente con dos sistemas a regular: cuatro tiradores enganchados por velcros (uno en cada hombro y dos en la cintura) así como dos cintas en el pecho.

En cada tirante del chaleco tenemos dos cintas rojas (una en el hombro y otra en la zona de la cintura), que son los tiradores mediante los cuales puede regularse su extensión. Cada uno de los ajustes cuenta con un margen de unos 6 cm con los que podemos adaptar los cuatro puntos indicados y así ceñir la mochila a nuestro cuerpo. En cada uno de los puntos de ajuste encontramos una numeración (de -2 a 2) que puede ayudarnos a determinar y recordar cual es la extensión idónea.

Este sistema viene muy bien para evitar que la mochila quede holgada o ceñida en exceso, evitando rebotes y molestias en carrera. Ahora bien, no es un sistema sencillo y rápido, pues requiere un tiempo para su manipulación, por lo que debemos hacerlo en casa antes de salir, ya que en carrera resultará bastante engorroso tener que ir adaptándolo.

En cuanto a las dos cintas pectorales, se cierran mediante un anclaje y podemos regular su extensión a través de una hebilla. También podemos variar su altura, pues ambas cintas se montan sobre un riel para ello. A diferencia de lo dicho antes, este segundo sistema de ajuste sí que es bien sencillo y fácilmente regulable en carrera.

También podemos ajustar en parte la Grivel Mountain Runner Evo 20 respecto al nivel de carga que llevemos en nuestra salida, si no la hemos cargado hasta arriba. Así, el cordino que encontramos en cada lateral, haciendo zigzag en disposición vertical, a la vez que nos sirve para fijar los bastones, puede tensarse para comprimir el espacio libre en los grandes compartimentos de la parte trasera de la mochila.  

Teniendo en consideración las características de la Grivel Mountain Runner Evo 20, resulta evidente que se nota cuando la llevamos a nuestra espalda. Es decir, no estamos ante un chaleco minimalista con el que cargar el mínimo material posible, sino precisamente todo lo contrario. La mochila es contundente, y sus 550 gramos de peso en vacío y el material robusto con el que está construida ya nos advierten de su cometido: No salimos a batirnos contra el crono sino a disfrutar (y padecer) muchas horas o días por la montaña, por lo que la seguridad y que no nos falte de nada es lo prioritario para alcanzar nuestros objetivos.

Hemos realizado nuestras pruebas en carrera teniendo presente lo anterior, y consideramos que la Grivel Mountain Runner Evo 20 ha cumplido siempre con su cometido. Jornadas enteras por el monte, combinando un cómodo y duradero trote, así como horas caminando con la mochila en la espalda, y siempre hemos acabado con buenas sensaciones al respecto. Cansados pero contentos.

El fit y ajuste logrado nos ha permitido avanzar sin notar rebotes en la carga (siempre la hemos llevado como mínimo a un 50 por ciento de su capacidad) ni que se acumularan molestias consecuencia de la mochila. Así, los tirantes no han provocado rozaduras en zonas sensibles como el pecho o el cuello, la transpirabilidad del respaldo ha sido suficiente para evitar la acumulación de sudor en la espalda (si bien no hemos realizado las pruebas en pleno verano), ni ha molestado el rebote de las cintas o gomas que quedaban sueltas al correr.

En cuanto al material cargado, si nos esmeramos su peso puede quedar bien repartido alrededor de nuestra caja torácica, de modo que la presión ejercida sobre ella no resulte molesta. En este sentido, saber aprovechar bien la gran cantidad de bolsillos y compartimentos de la mochila, según el material que llevábamos en cada ocasión, ha resultado esencial para evitarnos molestias que se acumulen tras varias horas en carrera.

Otra cuestión, a la que ya hemos hecho mención velada en otros apartados, es la accesibilidad al material en marcha. Aunque contamos con un buen número de bolsillos repartidos entre tirantes, laterales y espalda, el acceso en carrera queda limitado a los compartimentos delanteros, en los que guardar algo de alimentación y poco más. Sacar el teléfono móvil de un bolsillo lateral, por ejemplo, no ha sido fácil, sin minorar la marcha e, incluso, detenernos del todo unos segundos para ello. Por otro lado, obviamente, el acceso a la carga en la espalda siempre ha requerido de quitarnos la mochila, por lo que inevitablemente ha perjudicado al ritmo de nuestra carrera. Cuestiones como sacar o guardar los bastones y buscar un gorra o los guantes en un momento determinado nos ha llevado más tiempo del deseable, y más cuando ya el cansancio acumulado nos hacía perder habilidad en los movimientos requeridos.

Lo dicho resultaría crítico si estuviéramos realizando una carrera que queremos finalizar en pocas horas, en la que unos minutos más o menos pueden ser determinantes. Ahora bien, si recordamos que el cometido de la Grivel Mountain Runner Evo 20 es bien diferente, en salidas en las que nos deben preocupar otras cuestiones, como una comodidad duradera y nuestra seguridad en la montaña, la valoración debe ser también diferente.

En estos aspectos, sin duda, la mochila cumple con su cometido, pero siempre es un valor añadido que podamos acceder a la mayor parte posible de nuestra carga de forma rápida y en carrera, porque cuanto más fáciles se nos pongan las cosas mucho mejor.  

Resistencia / durabilidad

"Contundente resistencia"

Resistencia / durabilidad

"Contundente resistencia"

Máxima valoración merece la Grivel Mountain Runner Evo 20 en este apartado, muestra de su auténtico espíritu montañero. Los materiales son consistentes, de ahí el considerable peso de la mochila, dotándola de una buena estructura que ha superado sin incidencias todo el periodo de pruebas. La resistencia mostrada es incontestable.

Tras llevarla en diversas ocasiones al máximo de su capacidad y durante muchas horas de marcha, el peso de la carga no ha afectado al material de la Grivel Mountain Runner Evo 20, sin haberse forzado. Las zonas de mayor fricción, tanto sea con el cuerpo del corredor como con los elementos externos, no ha dado muestras de desgaste o posible rotura en ningún punto.

La elasticidad de parte del tejido, así como de gomas y cordinos, se mantiene bien vigente, al igual que el correcto funcionamiento de velcros, cremalleras y demás cierres de la mochila. También es destacable que no ha sido necesario realizar ningún tipo de mantenimiento al respecto para mantener las prestaciones como el primer día.

Por último, pese a utilizarla varios días sin lavarla, no hemos apreciado que la Grivel Mountain Runner Evo 20 acumulara malos olores, sin ser necesario el paso por la lavadora tras cada uso, lo cual ayudará a alargar la vida útil de la mochila. 

COMPARADOR

Vs.

Autor: Sergio Perbech

Fecha de publicación: 09/05/2022

TRAILRUNNINGReview