Columbia Ventrailia OutDry VS Adidas Terrex Boost

Sin más dilación nos disponemos a calzarnos las Columbia Columbia Ventrailia OutDry. El proceso no es costoso. La zapatilla es ancha y el pie entra sin dificultad, dispone de la clásica tira de tela en el talón para ponérnoslas más fácilmente. Al calzárnoslas sin calcetines, enseguida notamos como el interior está muy bien acabado. No notamos ni una sola costura, todas están rematadas a la perfección y aisladas. Esto es muy importante, como explicaremos más adelante, para poder presentar un cierre estanco que nos asegure la impermeabilidad. Damos nuestros primeros pasos y se notan algo rígidas a la hora de flexar pero mullidas, sobre todo en la zona del talón. En general, nos domina una sensación de seguridad como veníamos observando desde que las sacamos de la caja.

La primera vez que nos calzamos la Terrex Boost no cuesta nada entrar el pie ya que podemos abrir bien la lengüeta. Una vez ajustamos el sistema de atado rápido, el pie queda inmóvil dentro de la zapatilla, pero notamos también enseguida que todo el upper se clava demasiado en nuestro empeine, por lo que tenemos que ir con cuidado de no apretar demasiado. Las primeras sensaciones al caminar es de no ser una zapatilla demasiado pesada (325gr), y la amortiguación que percibimos es más bien poca en la zona del medio pie. Se nota algo más en la zona del talón pero no son incómodas de llevar. La flexibilidad, aunque con la mano cuesta un poco, con el pie no cuenta nada, por lo que no se nota una zapatilla demasiado rígida. Creemos que van a ser unas zapatillas que, aunque no estén destinadas a practicar Trail Running, vamos a poder correr perfectamente con ellas. Pues vamos manos a la obra y a hacerle kilómetros que es dónde notaremos todos sus virtudes y defectos.