Como fiel a las mochilas de hidratación Camelbak, y aún con mi Camelbak Octane 18x3 del año 2010 acompañándome en gran parte de mis ultras y entrenos largos, mi primera impresión al ver la Ultra 10 fue totalmente de alucine. La Ultra 10, es más compacta, con colores más vivos, y llena de pequeños compartimentos donde poner las mil y una cosas que necesitemos. Con capacidad de 8L más 2L del depósito, con bolsillos delanteros para llevar bidones y con una estructura un tanto rígida para dar un acople al cuerpo como si de una armadura se tratase. Esta mochila está pensada para todas las personas y para todos los cuerpos y es totalmente obligatorio dedicar unos minutos al principio para ajustar la mochila a vuestro cuerpo con el fin de dejarla bien sujeta. Parece complejo al principio cuando te encuentras delante de tantas cintas, compartimientos, cremalleras, pero no os pongáis nerviosos, es realmente muy fácil. Encontraremos una cinta en la parte inferior de cada tirante para dar el ajuste frontal de la mochila, dos cintas con clip en los tirantes para ajustar la mochila al tórax, otras cintas en la parte superior de los tirantes que nos regularan la posición trasera de la mochila, y para terminar de ajustar, cada tirante lleva una parte con velcro para dar más o menos largada en todo el tirante. Ya veis, con estas cintas y velcros tendremos la mochila ajustada a nuestro cuerpo al milímetro!. Y ya puestos a regular la mochila, comentar que la capacidad de ella es regulable también: tenemos una goma elástica con un pequeño mosquetón situado en la parte superior trasera, dónde tirando de ella recogeremos parte de la mochila, minimizando la capacidad de la bolsa y por el contrario si lo que queremos es mayor capacidad, esta goma la dejaremos totalmente suelta. Este poder extensible es verdaderamente muy práctico, pues siendo una mochila grande, la podremos comprimir o no según nuestras salidas o necesidad.
El material de toda la bolsa, está estudiada para ser lo más cómodo y transpirable posible, pues es una mochila diseñada para hacer ultras, con la cual pasaremos muchas horas con ella puesta. En la parte trasera tenemos una banda central agujereada con un tejido 3D, buscando la mayor transpiración y creando una cámara de aire donde hacer transpirar la espalda. Las cintas están hechas también con esta malla 3D en su parte interior para ayudarnos a transportar el sudor con mucha más facilidad hacia afuera.
La Camelbak Marathoner Vest presenta una estética acorde con los productos de la marca: vistosidad pero con cierta sobriedad y combinación de solamente dos colores (en este caso blanco y azul).
La mochila se construye en torno a un compartimento principal que aloja una bolsa de agua con una generosa capacidad (dos litros). Además de ello, encontramos dos bolsillos de rejilla ciertamente grandes en los tirantes para alojar evantuales bidones (pese a que no se adjuntan con la mochila), un bolsillo también de rejilla en la parte posterior de la mochila y tres bolsillitos estancos pequeños repartidos entre los tirantes y la parte superior de la espalda.
La posibilidad de llevar bidones y bolsa de agua proporciona una gran capacidad de carga de líquido (superior a los 3 litros) o permite diversas combinaciones atractivas (mantener la bolsa pero usar los bolsillos de los tirantes para caragar otro tipo de material o, por contra, utilizar bidones y aprovechar el compartimento más capaz de la mochila para otros menesteres).
La primera sensación al ponernosla es de comodidad, ya que se ajusta muy correctamente mediante dos cintas pectorales. Observamos que adopta una postura bastante elevada: es una mochila que descansa sobre el pecho y no sobre el vientre o la parte baja de la espalda. Ello permite pensar en la posibilidad de complementarla con un cinturón en caso de necesitar mayor capacidad de carga.
Se trata de una mochila con un peso normal (poco menos de 400 gramos), no increíblemente ligera mi excesivamente pesada.