Arc'teryx Norvan LD VS Salomon S-Lab XT 6 Softground

PROS:
- Producto de calidad y exquisitamente acabado.
- Todo y ser la segunda zapatilla de la marca canadiense para Trail Running, se deja notar mucho la experiencia, material y conocimiento del grupo Amer (Salomon).
- Aislamiento del terreno, que se agradece en salidas largas, que es justo para lo que está diseñada la zapatilla.
- Funcionamiento perfecto para lo que fueron diseñadas: larga distancia en terrenos no muy técnicos.

CONTRAS:
- Poca o nula transpiración en la zona del talón que llega a mojar de sudor el calcetín.
- La media suela muestra signos de fatiga tras los primeros 50 kilómetros, aunque no han ido a más.
- Pequeño despegue de la cola que une media suela y upper, que tampoco ha ido a más pero que abre una pequeña duda en cuanto a la durabilidad.
- Si nos gusta llevar las zapatillas bien sujetas notaremos la presión de los cordones sobre nuestro empeine.

NICE TO HAVE:
- La Arc’teryx Norvan LD no es una zapatilla excesivamente dinámica sobre las cuestas más empinadas. Todo y ser ligera, da sensación de zapatilla un poco contundente para terrenos técnicos o senderos muy pendientes, a la que cuesta un poco mover y flexionar.
- Amortiguación un tanto firme para correr muchos KM’s. Quizás un material algo más amable sería más cómodo.

Por fin llegó el momento de volver a calzarnos unas S-Lab XT. La verdad es que no recordaba que este en modelo costase meter el pie, pero por lo menos en esta versión 6 era así. Debemos destensar el cordón bien, meter el pie y ayudarnos con las manos para tirar el talón hacia atrás. A mí, personalmente, me gustan las zapatillas en las que cuesta meter el pie. Normalmente denotan mucho carácter y tienen bastante sujeción, aunque también comportan otras cosas. Una vez el pie dentro nos sorprende la rigidez de la zapatilla, incluso la parte del puente se nota mucho en nuestra planta. Realmente la estructura de las XT nos obliga a tener el pie en una determinada posición. Esta sensación la hemos tenido todas y cada una de las veces que nos hemos calzado la zapatilla, aunque después de unos minutos ha desaparecido sin más.