Adidas Terrex Agravic VS Nike Zoom Wildhorse

Las primeras impresiones son muy buenas, tienen la apariencia de ser una zapatilla con una línea “muy asfaltera”, hasta minimalista podríamos decir. Diseño del upper austero con los complementos mínimos; una línea sencilla, pero muy atractiva. Esta línea asfaltera i casi minimalista destaca mucho en contraposición a su suela Continental. Una suela de una sola pieza que se distingue por la enorme prominencia y agresividad de sus tacos. Pero basta ya de contemplarlas, vamos a calzarlas.
Una vez puestas la primera sensación, incluso antes de notar el fit de nuestro pie, es la gran amortiguación y retorno de la tecnología boost. El que escribe nunca antes había tenido la experiencia de calzar unas zapatillas con boost, ni de trail, ni de asfalto, y hay que decir que incluso cuesta acostumbrarse al enorme retorno que ofrecen.
Por otro lado, a pesar de la ausencia de ningún tipo de acolchamiento en el upper, las primeras sensaciones con las Adidas Terrex Agravic no son para nada malas. Se calza fácilmente y da la sensación de muy buen agarre en el talón y parte intermedia, y de más amplitud en la parte delantera.
Hay que hacer referencia de forma obligada a su peso. A pesar de ser una zapatilla con un aspecto sencillo y minimalista, no son para nada ligeras. Su peso es de 340gr en la talla 8,5 (US) o 42 (EUR), por encima de la media de las zapatillas de trail, y eso se nota durante su uso.

Como suele ser habitual en los productos Nike, la comodidad es, sin lugar a dudas, lo primero que se siente al proceder a calzarse las Zoom Wildhorse. La horma se siente amplia, aunque no en exceso y, sobre todo, ofrece una libertad de movimiento total en la zona del toe box. Por su parte, el talón encaja perfectamente en su estructura y se siente sujeto, aunque tampoco se llega a sentir presión. Un matiz a tener en cuenta a la hora de adquirirlas es que no son precisamente "true to size". Puede requerirse entre 1/2 número o incluso un número entero por encima de nuestra talla habitual para lograr el ajuste longitudinal deseado. Al ponernos en pie, la sensación es un poco extraña en la zona del talón. El ángulo de recepción y, sobre todo, el punto de la suela desde el que parte la inclinación, provocan que incluso en parado, se sienta un cierto vacío bajo la parte trasera de nuestro talón, especialmente si echamos el peso ligeramente hacia atrás. Al caminar, esta percepción se mantiene, pero cesa completamente al comenzar a trotar y se sustituye por la sensación de que será una zapatilla flexible, con una amortiguación esponjosa y agradable y que tendrá buena adaptabilidad al terreno.