Adidas Raven Boost VS Brooks Cascadia 9

El diseño de las Adidas Raven Boost es un tanto retro. En este modelos son principalmente negras, recuerdan a las botas de fútbol de antaño, de estilo modesto. Vistas sobre el suelo tiene forma de arca, la parte delantera y trasera se elevan y dan esas sensación. No llegan a ser unas Hoka, pero se parecen. La suela también dista de ser normal: es redondeada por los bordes. Se mete hacia la media suela creando un efecto de redondeo. La primera vez que se coge la zapatilla para ponérsela enseguida se fija en lo amplia que es la horma y la lengüeta. Estamos acostumbrados a ver hormas anchas en modelos de ultra trail, pero pocos tienen una lengüeta así. Sin embargo, a pesar de esto, cuesta un poco meter el pie. Hay que abrir casi al máximo los cordones para hacerlo con comodidad. Tanto es así, que se puede llegar a creer que se está equivocado de talla. Cuesta que el pie entre, hay que hacer un poco de juego y tirar de la lengua que sobresale del talón para que encaje. Una vez que esto se consigue, es el momento de pisar sobre el Boost™. No parece nada especial, pero cuando se empieza a caminar las cosas cambian: este innovador material de una sensación muy cómoda. Si se pisa con los talones para forzarlo las sensaciones son las mismas. En el pie, las Adidas Raven Boost™ se notan ligeras, aunque sin excederse. Pesan 277 gramos en la talla 7.5 (US), que no está mal para ser unas zapatillas ideadas para la larga distancia, pero que no es nada del otro mundo. La liviandad no es su característica principal.

Esta era ya la cuarta versión de las Cascadia que probábamos y todo hacía indicar que no nos iban a sorprender. Dicho y hecho: al meter el pie dentro seguimos teniendo las mismas sensaciones de comodidad absoluta, de amplitud en la zona delantera, y también, por qué no decirlo , de llevar unas zapatillas un tanto pesadas y subidas de perfil para los tiempos que corren. No es que está versión 9 sea más pesada o tenga más perfil, simplemente la tendencia actual del mercado es un poco la contraria. Otra de las sensaciones curiosas que tuvimos fue de llevar una suela como… redondeada, o sea, como si fuese un tanto más prominente por el centro y fuera bajando hacia los laterales, hacia delante y hacia atrás. Mirando la suela detenidamente sí que parece que tenga esta forma, pero no sabríamos decir si es algo que nos parece a nosotros o que es realmente así, aunque todo apunta a que sí es así. Fuese como fuese, con las zapatillas en nuestros pies, las ganas de devorar kilómetros con este modelo “clásico” nos invadieron de nuevo, teniendo la certeza de que las Brooks Cascadia 9 no nos iban a defraudar.