Adidas Raven 3 VS La Sportiva Q-Lite

Raven 3

Adidas

Adidas Raven 3

Adidas Raven 3

  • Peso 357 gr.
  • Precio 135,00 €
  • Temporada FW13
  • Sexo M

Primeras sensaciones

A la hora de ponérnoslas, lo primero que hemos notado es que es necesario destensar bien los cordones para pode meter el pie, pues se trata de una zapatilla de horma más bien estrecha. Sin embargo, la elasticidad de su upper hace que, una vez el pie dentro, la sensación de comodidad y sujeción sea excelente, sobretodo en la zona del empeine donde notas tan sujeto el pie que se te puede olvidar hasta ajustarte los cordones. En la parte de los dedos hay más espacio y libertad de movimiento. Esto se agradece en una zapatilla pensada para hacer muchos km. pues, en caso de que se inflamen los dedos, este espacio extra hará que no notemos ninguna molestia. A pesar de que la marca nos la vende como una zapatilla ligera, queremos matizar este punto. Se trata de una bamba ligera si tenemos en cuenta toda la tecnología que acumula: buena amortiguación, buenas protecciones y gran robustez. La verdad es que conseguir todo esto y que la RAVEN 3 solo pese 357 g para un 10.5 USA es un gran logro de la marca alemana. Ahora pasaremos a analizar las diferentes partes de la zapatilla con más detalle, desde las experiencias recogidas después de más de 150 km de rodaje y un par de carreras montaña (Maratón de Montaña de Cataluña y Maratón del Montseny).

Q-Lite

La Sportiva

>La Sportiva Q-Lite

La Sportiva Q-Lite

  • Peso 316 gr.
  • Precio 129,99 €
  • Temporada SS13
  • Sexo M

Primeras sensaciones

Teníamos mucha curiosidad por saber si este modelo iba a apretar tanto como todos los de La Sportiva. Estábamos en sobre aviso de que aún apretaba más, y las sospechas se hicieron realidad cuando metimos el pie dentro. Las Q-Lite aprietan, ¡y de lo lindo!. Normalmente siempre pedimos para os test medio número más (en talla US) de la marca italiana, ya que tallan un poco cortas, pero es que aun así las zapatillas apretaban a tope. A nosotros ya nos gusta llevar las zapatillas apretadas, aunque quizás estas apretaban un punto más de nuestro gusto. Sabiendo que llevábamos una especie de pie de gato de carreras, salimos a dar a la zapatilla lo que la zapatilla nos pedía a gritos: ¡ montaña !.

Autor: Dani, David Buenacasa

Fecha de publicación: null

TRAILRUNNINGReview